Get Mystery Box with random crypto!

Johnson Oatman Jr. nació el 21 de abril de 1856 en Medford, Es | 👑 Vidas que Inspiran ✝



Johnson Oatman Jr. nació el 21 de abril de 1856 en Medford, Estados Unidos. Sus padres Johnson y Rachel Oatman eran devotos cristianos que desde la niñez enseñaron las Sagradas Escrituras a su hijo. El Sr. Oatman se dedicaba al comercio, teniendo su propia empresa y, cuando su hijo creció, comenzó a trabajar con él. Tras la muerte de su padre, Johnson Jr. se hizo cargo de una de las compañías de seguros más grande del área donde vivía en Nueva Jersey. A pesar de que no llegó a ser un reconocido predicador, a través de sus muchos himnos escritos ha llegado a miles de iglesias alrededor del mundo.

Ya de joven, a Oatman no le atraía permanecer en el negocio de su padre y prefirió prepararse para el ministerio, comenzando a predicar. Concibió un plan de predicación–viajando de un pueblo a otro–pero más tarde descubrió que el Señor le había dotado de la habilidad de conmover los corazones por medio de mensajes en forma de himnos o cantos sagrados.
Pronto su fama de compositor se esparció y muchos de sus himnos se popularizaron en varias iglesias. Un autor asienta que escribió un récord de doscientos cantos evangélicos por año, durante más de un cuarto de siglo. En total, llegó a escribir más de cinco mil. Se dice que ningún himnario está completo sin tener algún himno escrito por Johnson Oatman Jr. Escribió su primer himno en 1892, cuando tenía 36 años y por años sus himnos han traído gran consuelo y fortaleza a creyentes en todas partes del mundo.

Su don de componer himnos los consideró un servicio para el Señor y no como negocio. Cuando el editor finalmente lo persuadió de poner precio a su trabajo, por razones del propio negocio, dijo que vendería sus cantos por un dólar cada uno.

Oatman escribió himnos para casi toda ocasión, y hasta el día de hoy, su música se canta en todos los confines del mundo. Al propio compositor le gustaba cantar, pero no pudo igualar en este aspecto a su padre. Determinó, por tanto, que haría lo que su padre nunca pudo hacer–dar al mundo cristiano lo que éste habría de cantar. Este himnólogo murió en Mount Pleasant, New Jersey, en 1926, pero sus mensajes musicales siguen viviendo