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#Un_año_después 091221 1/2 Estimados miembros de Akasha Com | Akasha Comunidad

#Un_año_después 091221
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Estimados miembros de Akasha Comunidad:

Ayer, 8 de diciembre, hace exactamente un año, durante mi (entonces) habitual participación semanal en un programa de televisión de la Universidad Autónoma de Querétaro, el conductor del programa me preguntó que, dado el que ese día habían ya comenzado las inoculaciones “COVID-19” en Inglaterra con el producto desarrollado por Pfizer/BioNTech y acababa de ser autorizado por emergencia este producto en los Estados Unidos, si yo me vacunaría. Respondí (como es mi derecho y el de todos) a esa pregunta personal con una respuesta personal: ‘no’. En realidad, pude haber respondido que no tenía por qué contestar, dado que es una decisión personal de índole médico y, por lo tanto, privado, pero creí que una respuesta sincera estaría bien. Por otro lado, expliqué el porqué de mi negativa, incluyendo el hecho de que yo ya me había infectado, contaba con buenos niveles de anticuerpos y estudios realizados con el primer virus SARS demostraron que las células de memoria ofrecen inmunidad contra este virus que dura hasta 11 años. Por otro lado, tengo alergias severas y predisposición a respuestas inflamatorias desreguladas (incluyendo eventos post-vacunales), por lo que no sería recomendable exponerme sin necesidad a un producto que aún no contaba con un tiempo razonable de investigación en materia de seguridad y que, por otro lado, se sabe que sus componentes (el ARNm y los nanolípidos que contiene) pueden tener efectos pro-inflamatorios severos y anafilácticos, respectivamente. Dije, además, que antes de esta autorización nunca habían sido aprobadas vacunas basadas en ARNm para uso humano. Finalmente, hablé acerca de la diferencia entre la eficacia expresada como diferencia de riesgo relativo, y que había que tomar en cuenta también la diferencia de riesgo absoluto si queríamos saber qué tanto beneficio ofrecían estos productos.

Además de mi experiencia personal que no requiere de sustento científico al ser, justamente, experiencia personal, los argumentos que presenté en ese momento contaban con sustento científico de publicaciones. Confieso que en un despliegue de ingenuidad, no pensé que fuera a desatarse tal tormenta después de mi participación en el programa. Más bien pensaba que se abrirían mesas de diálogo, intercambio de visiones, discusiones académicas razonadas. Nada de eso pasó. Sin saberlo en ese momento, mi respuesta abrió para mí un umbral a experiencias nunca antes vividas incluyendo el que colegas académicos le escribieran a la rectora de mi universidad pidiendo que me despidieran o, al menos, callaran (aclaro que agradezco la visión abierta y respetuosa de la Dra. García Gasca quien en aras de cumplir el lema de mi Universidad: "educo en la verdad y en el honor" y con una defensa de la libre expresión que no tiene comparación nunca ha interferido en mis actividades de divulgación científica); el que me enviaran correos intentando amedrentarme con demandas legales por poner en riesgo a la salud de la gente, o que me escribieran para culparme de ser asesina; que profesores e investigadores – muchos que conozco personalmente – escribieran en sus redes sociales que estaría bien cooperar entre varios para que me agarraran a patadas. Ha sido duro darme cuenta de ese otro lado de la gente, el que saca a relucir sus sombras y que exhibe sus miedos o sus conflictos de intereses. Ha sido duro comprender que los científicos del siglo XXI pueden ser más dogmáticos que los religiosos del oscurantismo.

(continúa en 2/2)