Vivir por objetivos planificados. “Pero porqué no hemos contr | Canal Salva Fernández

Vivir por objetivos planificados.

“Pero porqué no hemos contratado a ese tío? Tiene un currículum realmente espectacular, nos cuadra en el presupuesto y tiene una libreta de contactos que nos vendría muy bien para nuestra expansión. No lo entiendo, de verdad.

Pues no lo vamos a contratar porque solo busca un puente hasta su jubilación. Él ya no vive con pasión ningún proyecto. Como sabes, le han indemnizado muy bien por dejar su puesto en esa multinacional. Y ese escalón era el último que tenía que conseguir en su vida. Ya está.

Tu crees?

Fíjate lo que nos ha contado en la entrevista. Estudió dirección de empresas, se fue muy jovencito a UK a aprender inglés, con su pareja compraron un ático en Notting Hill y una casita en Fornalutx, han podido dar una muy buena formación a sus dos hijos y está muy orgulloso de haber finalizado una prueba del circuito Iron Man.

Y eso lo convierte en un mal candidato?

Fíjate que no nos ha hablado de ningún objetivo más en su vida. No hemos sentido ninguna pasión por nada. Lo que si nos ha quedado claro es que quiere jubilarse en cuanto pueda y no quiere que su pensión disminuya hasta que eso suceda. Y como no le salen los números, quiere este puesto de trabajo que, para él, solo es un puente hacía su retirada de la vida vivida.

Qué bestia!

De verdad quieres que contratemos a una persona que ya ha terminado su programa de vida planificado cuando tenía 20 años? A una persona que no vibra, que no siente pasión por nada, que vivió y consiguió completar su check list de objetivos…?

Visto así, no. No quiero.

Qué bueno que estemos alineados en seguir buscando, James.
Pues si, Anne. Qué bueno!”

Cuando compras la cultura de vivir una vida planificada por objetivos en forma de hitos, escoges tener como compañeros de viaje a la frustración cuando no los consigues, a la esclavitud cuando descubres que no eran tan maravillosos como imaginaste y a la necesidad de tenerlos para sentirte vivo. Pero, sobre todo, escoges quedarte literalmente en estado casi vegetal cuando no te queda ninguno por conseguir, aunque la esperanza de vida actual te deje tirado 20 ó 30 años como mínimo.

La cultura del objetivo preestablecido puede servirnos como mapa motivacional, pero con el riesgo de aparecer un buen día en un inframundo donde ya no hay nada que me mueva del sofá o de la cama. Aunque siempre quedará la vitalidad del avatar en el metaverso!