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CRÓNICA COVÍDICA DE UNAS VACACIONES A LA GALLEGA por Carlos Re | 🎙Debates Abiertos TV 📢

CRÓNICA COVÍDICA DE UNAS VACACIONES A LA GALLEGA por Carlos Regalado

Por cierto, ya estoy de vuelta en mi lugar de residencia, sin mayores sobresaltos. Pagando en aduana (test de entrada, salida y llegada) puede uno volar sin problema (el dióxido de cloro funciona para ser negativo) . La experiencia española ha sido ilustrativa, cuando uno puede comparar.

El pensamiento mágico abunda en tierras gallegas, sobre todo de día, todos enmascarallados. Es la gente la que presiona, me crucé con policías de toda índole sin bozal y ninguno movió un dedo. En el Corte inglés te sugerían cada dos por tres que te subieras la mascara hasta la nariz (no soy tan feo por Dios) ...jugando al pilla pilla con ellos. Hablando con un segurata me decía que era la gente la que le decía que había alguien sin bozal (terrorista!!), él se lavaba las manos, aunque argullía entre dientes algo sobre el respeto a los demás... Respetar el miedo enfermizo a lo invisible, perder la referencia sobre lo real y lo irreal, vivir en proyecciones mediáticas que azuzan tus miedos sin atreverse a comprobar que de cierto hay en eso que proyectan. Los gallegos estàn locos, temen lo invisible unos, otros temen a que el miedoso les eche la bronca y los deje en evidencia en público.
Eso sí, cuando sales por la noche ves la realidad entre bambalinas, pura normalidad, algún que otro enmascarillado pero sin ser significativo (hipocondríacos con ganas de fiesta). En fin, la locura se establece como normalidad en el pueblo llano, mientras la excepción hace lo propio en el àmbito estatal.

Y voy ha establecer también la diferencia observable entre Inglaterra y España a nivel covídico. En el porcentaje de asustaditos es de un 10-20% (quizas menos), en es de un 60-80%. La flema inglesa les impide basar sus actos en conceptos mágicos o absurdos, o seguir al asustado adoptando su proceder y definiendo la moralidad en base al débil, es el fuerte el que dice sin muchos miramientos y sin temor a lo que puedan pensar los presentes ese tan manido FUCK OFF en alto o para sus adentros. El español por el contrario se asienta en esos conceptos mágicos y los hace suyos, y el que no, hace como que sí por el qué dirán (somos demasiado educados, hasta cuando deberíamos ser rudos y desafiantes) , asimilando un proceder por puro acatamiento moral, desviando la moralidad del pueblo entre unos y otros hacia lo más bajo de la bajeza moral, la ilusión de creer que se hace el bien sin comprobar la verosimilitud de tal ilusoria actitud.