2022-02-15 18:14:47
GUERRAS, INFLACIÓN, PÁNICO
El secreto de la rotación rápida
Ha pasado un tiempo desde que miré las opciones del S & P500 que vencen el 18 de febrero y descubrí que, en promedio, son más caras que el promedio.
Ahora, Biden dice que Rusia invadirá Ucrania en unos días: es decir, ha declarado una fecha oficial. Digamos alrededor del 16 de febrero.
Aparte de las opciones un poco más caras, entonces. Debía ser un rumor que circulaba desde hace tiempo por los bien informados y solo los pobres inversores no lo sabíamos…
Al mismo tiempo, muchos países occidentales han invitado a sus ciudadanos a abandonar Ucrania.
Ucrania no ha entrado en guerra, pero ya ha sufrido daños de guerra incalculables. Zeroing del turismo, fuga de inversores y ciudadanos extranjeros.
El presidente ucraniano intenta convencer al mundo de que las tropas rusas en la frontera no son más de lo que siempre han estado allí durante 12 meses.
Biden intenta convencer al mundo de que Rusia tiene serias intenciones de invadir Ucrania y Rusia intenta convencer al mundo de que, si lo hace, será solo la OTAN y EE. UU.
Yo creo poco en las guerras que empiezan en fechas previstas.
Así que trato de ser optimista y decir que esta semana no estallará la guerra a las puertas de Europa y que por fin prevalecerá el sentido común y habrá al menos una tregua diplomática temporal.
Pero el mercado ciertamente está asustado y el pasado jueves y viernes lo vimos claro.
La cifra de inflación de EE. UU. fue escalofriante para todos el jueves.
Vamos, el 7,5% nadie lo había previsto y la FED que convoca una junta extraordinaria de emergencia hacía años que no lo veíamos.
Además, el mundo sufre todas las dificultades, incluso las locuras, de una transición energética que, paradójicamente, ha disparado los costes energéticos.
Y esto socava los cimientos de la recuperación económica post-pandemia, que ya sufre fuertes ralentizaciones por la crisis de suministro de semiconductores y el aumento de los costes del transporte.
Así, tras la euforia, el mercado empieza a sentir pánico. Con un cambio de euforia-pánico que se puede ver claramente en los días de trading, al menos desde principios de noviembre hasta hoy, y que se ha vuelto paroxístico en las últimas dos semanas.
El cambio de ritmo del mercado, un verdadero cambio de ADN, ha hecho a un lado muchos sistemas de trading.
No tanto porque no funcionen por sí mismos, sino porque deben ajustar un factor que se ha convertido en estratégico para su éxito: la velocidad de ejecución y reacción.
Lo que ha sucedido es exactamente esto: hay abundante e inusual liquidez en los mercados, y es la primera vez en la historia que esto sucede en una medida tan desbordante.
Siempre que la liquidez se orientara en un mercado alcista, solo dio velocidad en una dirección.
Ahora que la liquidez se confunde abarca desde grandes fondos que compran a la baja hasta inversores que entran en pánico y venden.
Desde especuladores institucionales, listos para hacer el papel de tiburones que devoran toneladas de peces pequeños, hasta fondos de cobertura, hasta comerciales.
Todos se están moviendo con más liquidez que antes, dando mayor velocidad al mercado, pero esta vez en un mercado que está asustado y loco.
Como montar un Ferrari con neumáticos de carreras sobre hielo.
He aquí el mercado actual: ya no hay una dirección definida, el Ferrari es potente, pero sobre el hielo y con neumáticos de competición no aguanta la calzada, se desvía, gira sobre sí mismo, choca contra los laterales de la calzada... dirección definida y dondequiera que te llevó, con muchos moretones, llegaste allí casi por accidente y ni siquiera sabes por qué llegaste allí.
La opinión en estos tres meses, además del uso de una mayor prudencia fisiológica, es que los métodos de trading deben calibrarse en una velocidad de ejecución diferente.
Es decir, en operaciones que tienden a ser más rápidas, porque el posicionamiento es cada vez menos efectivo y lo seguirá siendo hasta que cambie este sentimiento particular del mercado.
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