2022-07-28 15:35:56
Escritura: Lee el Salmo 46 para el contexto completo de este pasaje.
"Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!" Salmos 46:10
¿Alguna vez te has encontrado tratando de controlar los resultados?
Bueno, no estás sola, especialmente cuando se trata de ser padres.
Hubo una temporada en la que nada iba como yo esperaba y planeaba. Recuerdo llegar a un punto en el que me sentía rendida. Le dije a mi esposo mientras lloraba, “No puedo hacer nada bien. ¡Nada de lo que hago es suficiente!” Me miró con ojos comprensivos y con su voz más suave me dijo: “Nadie te pidió que lo mejoraras”.
Él no estaba tratando de ser negativo, pero era la verdad: no era mi trabajo transformar los corazones y arreglarlo todo.
Dios usó a mi esposo ese día para abrir mis ojos y ver este versículo más claramente. El mandato “dejen de esforzarse” o “quédense quietos” proviene del imperativo hebreo que significa “soltar, dejar ir”. El salmista comienza este pasaje con un recordatorio que Dios es nuestro protector, fortaleza, una ayuda siempre presente en tiempos de dificultades.
¡Es por eso que podemos dejar ir!
¿A qué te aferras que no es tu lugar para controlar o cargar? ¿Quizás tus hijos sienten que no son lo suficiente?
¡Este pasaje nos recuerda que se puede confiar en Dios y que Él es suficiente! Podemos dejar de correr frenéticamente tratando de controlar los resultados porque Él es Dios.
Esto no significa que estamos libres de toda responsabilidad. En cambio, con las manos abiertas, nos rendimos y creemos que Dios es más que suficiente, lo suficientemente amoroso y lo suficientemente poderoso.
Así que te invito a unirte a mí en este viaje de 10 días "echando toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ti." (1 Pedro 5:7)
Lleva a tus hijos ante el trono de la gracia y deja que Dios transforme sus corazones.
Usa las indicaciones de oración y conexión al final de cada día para animar a tus hijos y tener un espacio de conexión con ellos. Para la oración, llena el espacio con el nombre de tu hijo y ora el versículo con ellos o a solas.
Ora: Señor, ayúdame a recordar que eres más que suficiente, lo suficientemente amoroso y lo suficientemente poderoso. Puedo descansar sabiendo que eres soberano y bueno. Que en medio de la vida diaria {nombre de tu hijo} pueda recordar quién eres. Oro para que él/ella esté quieto y sepa que Tú eres Dios. Amén.
Conéctese: Pregúntale a tu hijo: "¿Alguna vez sientes que no estás haciendo lo suficiente en
la vida?" Luego recuérdale que se apoye en Cristo cuando sienta que se está quedando corto. Cristo nos ha hecho suficientes.
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