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Y en ese proceso “es fundamental la presencia de docentes prep | Profesores de Bolivia

Y en ese proceso “es fundamental la presencia de docentes preparados y un uso eficaz de la tecnología”, cuya financiación debe “prestar atención a lo que ha funcionado bien en diferentes contextos en todo el mundo”.
Como ejemplo exitoso colocaron a Uruguay, que en los últimos 10 años invirtió en infraestructura, contenido digital y capacitación docente, de modo que cuando se cerraron las aulas el país estaba mejor preparado para pasarse a la enseñanza virtual.
Otro ejemplo es el estado indio de Guyarat, que antes de la pandemia estableció centros de apoyo digital de avanzada para las escuelas. Cuando las aulas se cerraron, pudo organizar una respuesta rápida mediante la distribución digital de materiales educativos y la personalización de la educación remota.
Y también Kenia, donde todos los niños, incluidos aquellos con discapacidades, tienen a su alcance libros de texto digitales, especialmente diseñados, e inclusivos.
Fore y Malpass reconocieron que “para muchos países de ingresos bajos, el oneroso servicio de la deuda impide destinar fondos a gastos sociales esenciales. Y aunque para reducir la brecha educativa es necesario un uso más eficiente de los recursos, en última instancia el problema es que los recursos que hay son insuficientes”.
Por ello, para los países más pobres del mundo, en particular, una aceleración del alivio de deuda dentro del marco común del Grupo de los 20 (G20, economías avanzadas y emergentes) crearía espacio fiscal para dar más apoyo a la formación de capital humano, concluyó el texto de los responsables de Unicef y el Banco Mundial.
El riesgo de la baja cualificación
Solo la mitad de los trabajadores del mundo ocupan puestos correspondientes a su nivel de educación y el resto está sobre o infraeducado para su labor, de acuerdo con un estudio divulgado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La situación de la pandemia y la suspensión de clases puede agravar esta situación.
Los trabajadores de los países con mayores ingresos tienen más probabilidades de ocupar puestos de trabajo acordes con su nivel de estudios, y en los países de renta alta ese es el caso de 60 por ciento de los empleados.
Los porcentajes análogos para los países de renta media-alta y media-baja son de 52 y 43 por ciento, respectivamente, y en los países de renta baja solo uno de cada cuatro trabajadores ocupa un puesto correspondiente a su nivel de estudios.
Mientras muchas personas laboran en empleos que no se corresponden con su nivel de estudios, muchos empresarios dicen tener dificultades para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan para ampliar su negocio e innovar con éxito.
Este fenómeno “señala una importante desconexión entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo”, apuntó el estudio, con datos de 130 países, a cargo de la estadística Valentina Stoevska en la sede de la OIT en esta ciudad suiza.
“Los enormes avances logrados en el aumento de los niveles de educación, especialmente entre las mujeres y las niñas, no se han traducido en las correspondientes mejoras en los resultados del mercado laboral”, se indicó.
Aunque tanto la sobreeducación como la infraeducación se dan en todos los países, en los de renta alta (como Estados Unidos, Chile o Uruguay) y media-alta (como Brasil o Rusia), 20 por ciento de todos los empleados están sobreeducados, es decir, tienen más educación de la requerida para sus trabajos.
La proporción correspondiente para los países de renta media-baja (como Bolivia o Pakistán) es de 12,5 por ciento, mientras que en los países de renta baja (como Afganistán o Etiopía) es inferior a 10 por ciento.
El estudio destaca que “siempre existirá un cierto grado de sobreeducación porque algunos individuos aceptan trabajos por debajo de su nivel de educación, ya sea porque ofrecen ventajas específicas (como un trabajo menos exigente y estresante, o mejor protección social) o porque carecen de experiencia”.