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Sin embargo, cuando la sobreeducación se debe a distorsiones d | Profesores de Bolivia

Sin embargo, cuando la sobreeducación se debe a distorsiones del mercado laboral en las que la oferta de trabajadores con un nivel de educación superior supera la demanda, es un fenómeno a más largo plazo y suele requerir intervenciones políticas.
La infraeducación también se observa tanto en los países de renta baja como en los de renta alta, y los de renta baja son los que presentan la mayor proporción de trabajadores infraeducados: 70 por ciento de los ocupados tienen menos estudios de los que se requieren para su trabajo.
La proporción análoga para los países de renta media-baja es de 46 por ciento, mientras que en los países de renta media y alta es de 20 por ciento.
La principal razón de la infraeducación es el nivel relativamente bajo de estudios de la mano de obra existente o la falta de cualificaciones formales, especialmente en los países de renta baja.
En los países de renta alta la tasa de sobreeducación es mayor para las mujeres que para los hombres, en los países de renta media-alta no hay diferencias significativas, y en los países de renta baja las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de estar infraeducadas para los trabajos que realizan.
Estas diferencias en los patrones de desajuste educativo entre mujeres y hombres, y entre los países de ingresos bajos y altos, “sugieren que a medida que un país se desarrolla, muchas mujeres bien formadas acabarán ocupando puestos de trabajo que están por debajo de su nivel educativo”, apuntó el estudio.
Sin embargo, “también hay que tener en cuenta que algunas mujeres pueden aceptar estos trabajos porque ofrecen ventajas específicas, como por ejemplo un trabajo menos exigente y estresante, un mayor equilibrio entre la vida laboral y la personal, una mejor protección social o desplazamientos más cortos”.
El análisis considera que la covid-19 ha tenido probablemente un impacto en la tasa de desajuste educativo entre las mujeres, especialmente las de menor nivel de educación, porque tienden a concentrarse en las industrias de servicios más afectadas por las restricciones relacionadas con la pandemia.
Los asalariados tienen más probabilidades de estar emparejados (en la relación entre su nivel educativo y la labor que realizan) en comparación con los trabajadores autónomos, y el nivel de correspondencia educación-trabajo es mayor en los países con menor desigualdad salarial.
El estudio concluye que tanto la infraeducación como la sobreeducación “reflejan un uso inadecuado del capital humano” y, si son persistentes, “estos desajustes pueden suponer un elevado coste económico y social para los trabajadores, los empresarios y la sociedad en su conjunto”.
La educación en Bolivia, en situación crítica
Aunque el Gobierno lo minimice y el propio ministro de Educación lo haya catalogado como un año “positivo”, la calidad de educación empieza a resentirse después de dos años de paralización casi completa.
En 2020 el Gobierno de Jeanine Áñez suspendió clases en marzo y adelantó el cierre escolar a agosto, dejando a la deriva a millones de estudiantes que esencialmente perdieron el año. En 2021 el Ministerio lanzó un plan para la educación a distancia y semipresencial, fundamentalmente en las zonas urbanas, pero los resultados, según los padres de familia, no son satisfactorios.
Pary aseguró que el 85% se ha acogido a las clases presenciales y semipresenciales y que los programas de difusión a través de radio y televisión también han dado resultados. “Como Ministerio de Educación, como Gobierno nos sentimos satisfechos, queríamos retornar a esas actividades, pero en aula, y hemos cerrado gestión entregando los diplomas de bachiller, títulos de técnicos medios a los bachilleres y también títulos profesionales a los maestros. Para nosotros, de manera general, ha sido un año de mucho éxito porque hemos levantado del suelo nuestra educación”, aseveró.