2021-11-26 17:08:51
Por qué se desborda una olla? Por exceso en su contenido. Eso fue lo que pasó en Venezuela, se desbordó la olla de la política, por el exceso que tuvimos, gracias a la renta petrolera. Vimos y fuimos testigos, sin actuar, sin reaccionar, de cómo los políticos voraces lo fueron abarcando y controlando todo: los sindicatos, los centros de estudiantes, los colegios de profesionales, las asociaciones de profesores universitarios, y así, un largo etcétera. De tal manera que esos voraces políticos, derrochadores del dinero público, se acostumbraron a mover como peones, desde un presidente de un centro estudiantil hasta un Rector, desde un presidente de sindicato hasta el que manejaba el ascensor en un Edificio perteneciente al Estado. De ese control social indirecto, pasaron al control de todo ese gigantesco aparato gubernamental, que gracias a la industria petrolera pudieron burocratizar, para poder así pagar a sus maquinarias partidistas, es decir, a sus empleados, que trabajaban para ellos, pero que mantenían gracias al erario nacional, regional y municipal. De allí viene el afán del político mediocre promedio, de "ganar" una Alcaldía, una Gobernación, una diputación, porque lo considera "su" espacio. Y a los espacios hay que defenderlos, y nunca cederlos.
Cómo consecuencia de esos procederes, los viejos políticos terminaron sirviéndole la cama al diablo, y el diablo que es más astuto y más sabio que ellos, vino y se acostó y ahora se cree dueño de la cama y de la casa, porque los diablos rojos son así, feroces propietarios de lo ajeno, de allí su necesidad de apropiarse de las almas de los ambiciosos, de los codiciosos, de los narcisistas, y nadie tiene de sobra esos "atributos" que un político, como el de Venezuela, amamantado alegremente con la ubre petrolera.
Qué cómo salimos de esto, justo ahora que se acabó la renta petrolera, se multiplicaron las carencias y se reprodujeron como parásitos los políticos voraces y hambrientos?
Atacando el mal por donde empezó? Sacando a la política de los espacios que no les corresponde, disminuyendo su influencia en el resto de la sociedad, haciendo que un líder estudiantil, mientras está en ese ámbito, no participe ni reciba órdenes de los jefes de los partidos políticos; que un sindicalista trabaje en función de sus compañeros y esté limitado a su esfera de acción; que un Rector no llegue a su cargo porque un viejo cogollo partidista le dio la bendición, el visto bueno y una generosa platica para congraciarse con sus colegas que tienen la facultad de elegir el titular de ese cargo.
Hay que forzar la desaparición de esos monumentos dedicados el despilfarro y a la corrupción que son esos viejos y fantasmales partidos políticos. Y forzarlos a crear partidos pequeños cuyo único fin y propósito y razón de existir sea exclusivamente servir de plataforma a sus candidatos para una elección. Así se asegura que quién elija a un alcalde, gobernador, diputado, concejal y Presidente, no sea una maquinaria partidista, sino el ciudadano.
La política se volvió un cáncer social que hizo metástasis. Y sólo atendiendo las causas que dio origen a ese mal, haciendo cirugía y tratamiento postoperatorio, habrá una posibilidad de salvar al país y generarle una larga expectativa de vida.
Solo cuando logremos reducir la esfera de influencia de los políticos, y limitar sus acciones al espacio que le corresponde, no habrá espacio ni oportunidad para que los mejores, los más competentes, los más preparados, se hagan líderes, y pongan sus talentos al servicio del ciudadano y no al servicio de los cogollos partidistas.
De esa recuperación de espacios depende que tengamos una sociedad equilibrada y bien preparada.
La carencia de liderazgo en Venezuela tiene su causa y su consecuencia en una clase política que controló todos los espacios de la sociedad para asegurarse que nunca surgieran líderes que no dependieran de ellos, por temor a que surgieran líderes con suficiente visión como para despertar a los ciudadanos ciegos que descubrieran, no tanto lo tuerto que son, sino lo retorcida y sucia que es la política
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