AMISTADES PELIGROSAS.
Ese apretón de manos entre un visitador médico, comercial de una multinacional que vende cosas, y un facultativo que decide sobre la salud de personas, es la base de la corrupción sistémica de la sanidad. Congresos de lujo que son pagos ocultos.
“Todos lo hacen”, me dicen unos; “no voy a ser yo el único idiota que no vaya a Brasil” me contestan otros; “me pagan muy poco, lo merezco, de otro modo no podría formarme” arguyen los más. Pero digo yo que si empresas privadas con ánimo de lucro desmesurado y con un historial de corruptelas masivas les pagan viajes de lujo para dos personas de una semana a cambio de hablar 15 minutos, es porque algo sacan de usted, doctor. No lo hacen por la bondad de ayudar a médicos pobres a que se relajen unos días.
No nos engañemos.
Es como si los traficantes de drogas les pagaran viajes a los mandos de la policía.
Les recuerdo que se echó a todo un Presidente por recibir un par de trajes, y que incluso al Rey, está prohibido hacerle regalos.
Un aullido.
