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amas”, dijo el árbol. -“Yo no tengo ningún diente para morder” | 📖El Conocedor de La Biblia📖

amas”, dijo el árbol.
-“Yo no tengo ningún diente para morder”, respondió el muchacho, ahora anciano.
-“Ya no tengo tronco para que subas por él y juegues”, exclamó el árbol.
-“Ahora soy demasiado viejo para esas cosas”, dijo el anciano.
-“Realmente no puedo darte nada … todo lo que me queda son mis raíces casi muertas”, dijo el árbol con lágrimas de tristeza.
-“Realmente no necesito mucho ahora, solo un lugar para dormir y descansar. Estoy cansado después de todos estos años”, dijo el anciano.
-“¡Bien! Las raíces de un árbol viejo son el mejor lugar para descansar. Ven, ven aquí y siéntate conmigo y descansa”. El anciano se sentó y el árbol se puso feliz, sonrió y lloró de alegría.

Esta es la historia de la situación de muchos hoy en día. El árbol es el ejemplo de nuestros padres. Cuando éramos pequeños amábamos jugar con ellos, pero cuando crecemos, los dejamos; solo volvemos a verlos cuando necesitamos algo o cuando nos encontramos en problemas. Sin importar las circunstancias, la mayoría de los padres siempre están ahí y nos dan todo lo que pueden para hacernos felices y que nos sintamos cómodos.

Tal vez piensas que el muchacho fue cruel con el árbol, pero esa es la realidad de cómo muchos de nosotros tratamos a nuestros padres.

Gracia y paz del Señor