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EL DIABLO DEL CRISTIANISMO ES EL VI-SOBERANO DE DIOS 1. El lu | ✞︎ 𝑨 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒖𝒓𝒂𝒔🕯📖✞︎

EL DIABLO DEL CRISTIANISMO ES EL VI-SOBERANO DE DIOS

1. El lugar del diablo en la historia de la salvación es un punto de polémica esencial, porque el papel que se le ha confiado depende todo el estatuto del mal y del maligno en la creación.
2. Las religiones politeístas no necesitan a un diablo cósmico, debido a la multitud de sus dioses, pero las religiones monoteístas en cambio no pueden prescindir del diablo, pues, para ellos Dios es el único origen del bien como el mal. Para los monoteístas; la única forma de evitar el escándalo de que su Dios sea el promotor del mal es encontrar un subterfugio que permita explicar el mal y ese subterfugio es el diablo cósmico literal o espíritu volador invisible al ojo humano.
3. En la cultura occidental cristiana habría que explicar cómo un ser inferior llamado diablo ha podido perturbar toda la creación del Dios todopoderoso. Hay muchos teólogos que creen que si no hay diablo no hay Dios y si no hay Dios no hay diablo. Estos consideran que esta pareja Dios- diablo es inseparable.
4. En el cristianismo, el diablo cósmico es casi soberano, y a veces hasta más prominente que Dios mismo. Las teologías del cristianismo colocan al diablo a la par o a la casi misma potencia de Dios. A Dios se le predica como la fuente y la encarnación de todo lo bueno y se le presenta como el único que es digno de ser adorado, también al otro se le presenta y se le predica como un ser temido y rechazado, como el instigador y promotor de todo lo malo. El uno es creído como el Dios bueno, y el otro como el dios malo. Se cree en un diablo con omnisciencia y omnipotencia universal del mal y para el mal. Dios ya no es Dios único sino que tiene su rival, su virrey, su igual condición, su similar poder. Casi siempre en toda predicación moderna, se escucha de un combate en que ambos miden sus fuerzas en una lucha en igualdad de condiciones.
5. Creo en una doctrina bíblica del diablo humano; al que jamás le ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana (1 Corintios 10:13). El es el origen del mal porque es maligno en su carne. Si no hay tentaciones sobrehumanas, no puede existir un tentador sobrehumano. Uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido (Santiago 1:14). El diablo bíblico siempre fue, ha sido y siempre será un pecador. Este diablo es un ser racional, lejos de ser una criatura cósmica, sobrenatural, invisible, es una criatura visible, pecaminosa, humana y muy racional.
6. Todos los sistemas religiosos han mostrado a un diablo cósmico sin cuerpo (el invisible que nosotros no podemos ver, pero que él si se da el lujo de vernos para atormentarnos), pero el punto central de este proyecto es mostrar y demostrar que el diablo es un hombre en la carne, porque su carne es el adversario del carácter santo Dios (Romanos 8:7).
7. La imaginaría del hombre pagano en los imperios pasados se ha fabricado un diablo cósmico o un ser horrible, a quien se atribuye la inspiración de todos los crímenes y males del universo, pero la revelación de la palabra demuestra que todo designio de los pensamientos del corazón del hombre pagano siempre han sido solamente el mal y por eso, lo convierte en el maligno de este mundo (Génesis 6:5). En ninguna parte de la Biblia se lee que el pecado entró en el mundo por un ángel caído, pero Romanos 5:12 es muy claro cuando dice que la muerte y el pecado entró en el mundo por un hombre. El Señor Jesús afirma en Mateo 15:19 que del corazón del hombre salen los malos pensamientos y entre ellos está el homicidio, el adulterio y el falso testimonio, y en Gálatas 5:19-21 la hechicería. Al hombre no le entra un ser cósmico que lo posee para pecar, su pecado es algo que sale de adentro de su corazón engañoso y pervertido (Jeremías 17:9).
8. El proyecto de este libro “El verdadero diablo de la Biblia” es una bomba doctrinal que sólo pretende presentar la única cara que siempre ha tenido el diablo y es su naturaleza carnal, de dónde se manifiestan todas las obras de la carne (Gálatas 5:19-21).