2022-05-04 22:21:07
*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*
**Entrega 242*
*LIBRO III*
*DE EGIPTO A NAZARETH HASTA LA PÉRDIDA DE JESÚS*
*CAPÍTULO IV*
*JESÚS PRESTA SU AYUDA A JOSÉ EN EL TALLER DE CARPINTERO DULCES CONSUELOS DEL SANTO*( continuación)
.Después volvía a su trabajo, y todo concentrado en lo que había oído, mientras trabajaba lo iba meditando, por lo cual mucho se fatigaba pero no sentía la angustia de la fatiga, porque el amor no le hacía sentir el sufrimiento, antes bien gozaba en la misma fatiga sabiendo que todo lo hacía para cumplir la Voluntad del Padre Divino y que con la ganancia de sus fatigas se alimentaba el Divino Niño y su amada esposa, y que con lo que sobraba hacia la caridad a los pobres, y ya sabía que en esto daba mucho agrado a su Dios y a la Divina Madre.
Muchas eran las demostraciones de afecto y de gratitud que nuestro José recibía de su Santa esposa por los trabajos que hacía, proveyendo del alimento necesario y toda otra cosa que hacía falta, como también por la limosna que daba a los pobres.
Y aunque le agradeciera mucho las cordiales expresiones de su amada esposa,
a pesar de eso, por su humildad, se consideraba indigno de ello, y le decía como él no merecía en absoluto que Ella se le mostrara tan amable, siendo obligación suya hacer eso y mucho más, y que no era poca su suerte que tanto Ella como su Hijo Divino quedaran complacidos de su servicio, de lo cual él se consideraba tan indigno. En efecto nuestro José en todas las circunstancias practicaba siempre una profunda humildad, reconociéndose no merecedor de nada, sino de fatigarse para el mantenimiento de su Jesús y de la Divina Madre, y consideraba una gran suerte poder fatigarse por su sustento, como de hecho así lo hacía.
Cuando llevaba a la casa alguna cosa, como frutas, legumbres, de los cuales se alimentaba la Divina Madre y el pequeño Jesús, este le daba el encuentro y las cogía con sus santas manos con tanta demostración de afecto hacia su José que era una maravilla verlo, y así decía: —"Mi Padre Celestial recompense vuestra caridad"—A estas palabras no podía contener las lágrimas el Santo, sintiéndose llenar de confusión y a la vez de júbilo y de consuelo. Luego el amabilísimo Jesús continúo yendo con nuestro José al taller para ayudarlo. Sin embargo, los trabajos que hizo en Egipto ninguno los realizó por sí solo, mientras que el primer trabajo que Jesús hizo fue una pequeña cruz, pero esta la quiso hacer en Nazaret entre los suyos, porque le fue preparada, como se dirá, entre los suyos y por su pueblo predilecto.
*Apóstoles de Su Amor*
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