Para quien piden la paz se explica con las palabras 'De buena | Jesús, el Verbo de Dios

Para quien piden la paz se explica con las palabras "De buena voluntad."
Para ellos, es decir, los que reciben al Cristo recién nacido. Porque no hay paz para los impíos, sino mucha paz para los que aman el nombre de Dios (Teófilo)

Porque la justicia pertenece a la buena voluntad.
Contempla la obra de plenitud de Dios. Primero trae ángeles a los hombres y luego los lleva al cielo.
El cielo se convirtió en tierra, cuando estaba a punto de recibir las cosas terrenales (Chris)

La llave que abre el cofre del tesoro de la paz de Dios es "la fe en las promesas de Dios." "Que el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que por el poder del Espíritu Santo abundéis en esperanza" Ro 15:13

La verdadera paz no es la ausencia de guerra;
es la presencia de Dios (B Bell)

Pero en un misterio, los ángeles vieron que no podrían realizar la obra que se les había encomendado sin Aquel que realmente podía salvar, y que su curación no alcanzaba a lo que requería el cuidado de los hombres.
Y así fué como si viniera Uno que tenía un gran conocimiento en medicina, y aquellos que antes eran incapaces de curar, reconociendo ahora la mano de un Maestro, no guardan rencor por ver cesar las corrupciones de las heridas, sino estallan en alabanzas al Médico, y de ese Dios que les envió a ellos y a los enfermos un Hombre de tal conocimiento; la multitud de ángeles alabó a Dios por la venida de Cristo (Origen)

Los ángeles alabaron a Dios en la creación, Job 38:7 y ahora lo alabaron al comienzo de la nueva creación.
Todo el propósito del plan de salvación es "gloria a Dios" Ef 1:6,12,14.
La gloria de Dios había morado en el tabernáculo, Éx 40:34 y en el templo de Jerusalén, 2 Cró 7:1-3, pero se había ido a causa del pecado de la nación, 1 Sam 4:21; Ez 8:4; 9:3, etc.
Ahora la gloria de Dios estaba regresando a la tierra en la persona de Su Hijo, Jn 1:14
¡Ese humilde pesebre era un lugar santísimo porque Jesús estaba allí! (Wiersbe)

Ahora ha llegado el grado más alto de gloria a Dios, por la aparición de Su Hijo Jesucristo en el mundo.
Él, por su vida y muerte en la cruz, glorificará los atributos de Dios -justicia, santidad, misericordia y sabiduría— como nunca antes fueron glorificados.
La creación glorificó a Dios, pero no tanto como la redención.

Los primeros en alabar a Dios, cuando nació Cristo, fueron ángeles y no hombres, ángeles que nunca habían pecado y no necesitaban Salvador, ángeles que no habían caído y no requerían redentor, ni sangre expiatoria.
El primer himno al honor de "Dios manifestado en carne", fue cantado por "una multitud de las huestes celestiales".
Este hecho nos muestra lo buenos servidores que son los ángeles. Todo lo que hace su Maestro celestial les agrada e interesa.
Nos muestra el conocimiento claro que tienen (CUANTO MÁS CLARO EL CONOCIMIENTO TENEMOS, MÁS INMEDIATA SERÁ NUESTRA OBEDIENCIA A SU MANDAMIENTO).
Saben la miseria que el pecado ha traído a la creación.
Ellos conocen la bienaventuranza del cielo y el privilegio de tener una puerta abierta a él.
Sobre todo, nos muestra el profundo amor y la compasión que los ángeles sienten por el pobre hombre perdido.
Se regocijan en la gloriosa perspectiva de que muchas almas sean salvadas y muchos tizones arrancados del fuego (Aúnque no entienden completamente ésta Verdad profunda)1 Ped 1:12+

Esforcémonos por ser más afines a los ángeles.
Nuestra ignorancia espiritual y nuestra muerte aparecen más dolorosamente en nuestra incapacidad para entrar en el gozo que los vemos expresar aquí. Sin duda, si esperamos morar con ellos para siempre en el cielo, deberíamos compartir algo de sus sentimientos mientras estemos aquí en la tierra.
Busquemos un sentido más profundo de la pecaminosidad y la miseria del pecado, y entonces tendremos un sentido más profundo de agradecimiento por la redención .

El coro del cielo bajó a cantar
Cuando el Rey del cielo bajó a salvar. (JC Ryle)

¡Salve, Príncipe de Paz nacido del cielo!
¡Dios te salve, sol de justicia!
Luz y vida a todo lo que Él trae, Resucitado con sanación en Sus alas. (Wesley)