LUCAS 3 (v 10-14) 'Y la gente le preguntó, diciendo: ¿Qué, pu | Jesús, el Verbo de Dios

LUCAS 3

(v 10-14) "Y la gente le preguntó, diciendo: ¿Qué, pues, haremos?
Él respondió y les dijo: El que tiene dos túnicas, déjelas al que no las tiene; y el que come comida, haga lo mismo. Entonces vinieron también los publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
Y El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. Y los soldados también le preguntaron, diciendo:
¿Y qué haremos?
Y les dijo: No hagáis violencia a nadie, ni acuséis a nadie en falso; y contentate con tu salario."

En las palabras anteriores de Juan, es evidente que los corazones de sus oyentes estaban turbados y le pedían consejo.
Se presentan tres clases de hombres que preguntan a Juan acerca de su salvación, una a la que la Escritura llama la multitud, a otra a la que da el nombre de publicanos y a una tercera a la que se advierte con el apelativo de soldados (Origenes)

Debido a que un abrigo es más necesario para nuestro uso que un manto, pertenece a la producción de frutos dignos de arrepentimiento, que debemos compartir con nuestro prójimo no solo nuestras superfluidades, sino las que son absolutamente necesarias para nosotros, como nuestro abrigo, o la carne con la que sustentamos nuestros cuerpos; y de aquí se sigue:
Y el que come, haga lo mismo (Greg)

Pero aquí se nos enseña que todo lo que tenemos más allá de lo necesario para nuestro sustento diario, estamos obligados a dárselo a quien no tiene nada por amor de Dios, que nos ha dado generosamente todo lo que poseemos (Albahaca)

Porque por cuanto está escrito en la ley: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, se ha demostrado que él ama a su prójimo menos que a sí mismo, el cual no comparte con él en su angustia las cosas que incluso le son necesarias.
Pero debemos señalar en ésto, de cuánto valen las obras de misericordia, ya que de las obras dignas de arrepentimiento, éstas se prescriben antes que todas las demás (Greg)

Así Tiro evidenció su arrepentimiento, Isa 23:18, al alimentar y vestir a los santos de Dios con sus mercaderías.
Así Zaqueo, Dorcas, etc.
Ésta es toda la lección que por el momento les da, siendo tan sólo jóvenes estudiosos de la escuela de Cristo (Trapp)

La misericordia es la plenitud de las virtudes, pero en la misericordia misma se observa una proporción que satisface las capacidades de la condición del hombre, en el sentido de que cada individuo no debe privarse de todo, sino de lo que tiene para compartir con los pobres (Ambrosio)

Pero éste lugar admite un significado más profundo, porque como no debemos servir a dos señores, ni tampoco tener dos túnicas, para que una sea la ropa del viejo y la otra del nuevo, pero debemos desechar la vieja y dárselo al desnudo.
Porque un hombre tiene una túnica, otro no tiene ninguna (Origen)

Pero alguien ha observado que las dos túnicas son el espíritu y la letra de la Escritura, pero Juan le advierte que tiene éstas dos para instruir al ignorante.

Qué gran virtud había en el discurso del Bautista se manifiesta en ésto, que los publicanos, incluso los soldados, obligó a buscarle consejo acerca de su salvación.
Grande es la fuerza de la virtud que hace que los ricos busquen el camino de la salvación del pobre, del que nada tiene.

"No hagan más de lo que les está ordenado."
Se llaman publicanos los que recaudan los impuestos públicos.
Aquellos que también persiguen la ganancia de éste mundo mediante el tráfico se denominan con los mismos títulos, a todos los cuales, cada uno en su propia esfera, les prohíbe practicar el engaño, de modo que al evitar primero los bienes de otros hombres, podrían al menos no desear los bienes de otros hombres, sino compartir los suyos con sus vecinos (Teófilo)

Los soldados eran muy propensos a luchar por aumentos en su salario y a arrastrar a los civiles ante los tribunales con acusaciones falsas a menos que eligieran darles sobornos para que los dejaran ir.
Juan habla con maravillosa sencillez y valor, y en ello demuestra ser un verdadero heraldo de su Maestro (Spurgeon)