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un reino, entonces debes desear estar con el Rey. El término | Jesús, el Verbo de Dios

un reino, entonces debes desear estar con el Rey.
El término reino usado por Jesús significa reino, no dominio.
Reinar =donde gobierna.
¡Si Él no reina en tu corazón ahora, no vivirás en Su reino más tarde!
Dios siempre ha sido Soberano, pero muchos no lo han reconocido como Señor.

(v 22) "Y dijo a los discípulos: Días vendrán en que desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis".

Al decir: El reino de Dios está dentro de vosotros, preparaba a sus discípulos para el sufrimiento, a fin de que, fortalecidos, pudieran entrar en Su reino; Por lo tanto, les predice que antes de Su venida del cielo al fin del mundo, la persecución estallará sobre ellos.
Vendrán días, en que tan terrible será la persecución, que desearían ver uno de Sus días, es decir, de aquel tiempo en que aún caminaban con Cristo.
Los judíos muchas veces acosaron a Cristo con reproches e insultos, y trataron de apedrearlo, y arrojarlo por la montaña; pero aun estos parecen ser vistos como leves en comparación con males mayores que están por venir.(Cirilo)

Porque entonces su vida transcurría sin problemas, pues Cristo los cuidaba y protegía. Pero se acercaba el tiempo en que Cristo sería quitado, y ellos serían expuestos a peligros, siendo llevados ante reyes y príncipes, y entonces desearían la primera vez y su tranquilidad.(Teófilo)

El día de Cristo significa Su reino, el cual esperamos que venga y Él dice a la ligera, un día, porque ninguna oscuridad perturbará la gloria de ese bendito tiempo.
Es correcto entonces anhelar el día de Cristo, sin embargo, debido a la seriedad de nuestro anhelo, no nos miremos a nosotros mismos como si el día estuviera cerca.(Beda)

(v 23) "Y te dirán: Mira aquí; o, mira allí: no vayas tras ellos, ni los sigas".

Si a la venida del Anticristo, su fama se extenderá, como si Cristo se hubiera aparecido, no salgáis, ni le sigáis. Porque no puede ser que Aquel que fue visto una vez en la tierra, ya habite más en los confines de la tierra. Por tanto, será él de quien hablemos, no el verdadero Cristo (Eusebio)

(v 24) "Porque como el relámpago que sale de una parte debajo del cielo, brilla hasta la otra parte debajo del cielo; así será también el Hijo del hombre en su día".

La señal clara de Su segunda venida: Él iluminará todo nuestro universo, manifestando a todos los hombres el resplandor de Su divinidad.
Y sale de la parte que está debajo del cielo, porque el juicio será dado debajo del cielo, en medio del aire, como dice el Apóstol, Seremos arrebatados juntamente con ellos en el nubes, pero si el Señor apareciere en el Juicio como un relámpago, entonces nadie quedará escondido en lo profundo de su corazón, porque el brillo mismo del Juez lo traspasa; también esta respuesta de nuestro Señor significa que Él viene diariamente a Su Iglesia. Porque muchas veces los herejes han irritado tanto a la Iglesia, diciendo que la fe de Cristo está en su propio dogma, que los fieles de aquellos tiempos anhelaban que el Señor, que aunque fuera un día, regresara a la tierra y Él mismo hiciera conocer cual era la verdadera fe.(Beda)

Sus discípulos supusieron que iría a Jerusalén y haría de inmediato una manifestación del reino de Dios. Para librarlos, pues, de esta creencia, les informa que primero sufrirá la Pasión vivificante, luego ascenderá al Padre y resplandecerá desde lo alto, para juzgar al mundo con justicia. (Cirilo)

(v 25)"Pero primero es necesario que padezca muchas cosas, y sea desechado por esta generación"

Se refiere a la generación no sólo de los judíos, sino también de todos los hombres impíos, por los cuales ya ahora en su propio cuerpo, es decir, en su Iglesia, el Hijo del hombre sufre muchas cosas y es desechado.
Pero hablando muchas cosas de su venida en gloria, inserta también algo acerca de su pasión, para que cuando los hombres le vieran morir, a quien habían oído que sería glorificado, pudieran aliviar el dolor de sus sufrimientos con la esperanza de la prometida gloria y al mismo tiempo se preparan, si aman las glorias de Su reino, para enfrentar sin alarma los horrores de la muerte.(Beda)