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echando fuera todo principado y potestad, es la preparación pa | Jesús, el Verbo de Dios

echando fuera todo principado y potestad, es la preparación para el reino de Dios.(Bost)

Así como podemos pronosticar legítimamente el cambio de las estaciones cuando las causas han comenzado a actuar, también podemos, en la disposición de los eventos, esperar algo fuera de lo común cuando Dios ya ha sido levantado de su santa morada, Zac 2:13; luego quédense quietos y vean Su salvación.(Matthew Henry)

Porque así como en esta vida, cuando el invierno se extingue y llega la primavera, el sol, enviando sus cálidos rayos, acaricia y vivifica las semillas escondidas en la tierra, dejando a un lado su primera forma, y ​​las plantas jóvenes brotan, después de haberse puesto diferentes tonos de verde; así también la venida gloriosa del Unigénito de Dios, iluminando el mundo nuevo con sus rayos vivificadores, hará brotar a la luz de cuerpos más excelentes que antes las semillas que han estado escondidas por mucho tiempo en el mundo entero, es decir, aquellos que duermen en el polvo de la tierra. Y habiendo vencido a la muerte, reinará desde ahora en adelante la vida del nuevo mundo.(Eusebio)

Y todas las cosas antes mencionadas se confirman con gran certeza...

(v 32) "De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo se haya cumplido."

Encomia encarecidamente lo que así predice.
Y, si alguno puede hablar así, su juramento es este: Amen, os digo.
Amén es por interpretación "verdadero". Por eso la verdad dice: Yo os digo la verdad, y aunque no hablara así, de ningún modo podría mentir. Pero por generación se refiere a toda la raza humana, o especialmente a los judíos.(Beda)

O se refiere a la nueva generación de su santa Iglesia, mostrando que la generación de los fieles duraría hasta ese tiempo, cuando vería todas las cosas, y abrazaría con sus ojos el cumplimiento de las palabras de nuestro Salvador.(Eusebio)

Porque había predicho que habría conmociones y guerras y cambios, tanto de los elementos como en otras cosas, para que nadie sospechara que el cristianismo mismo también perecería, añade:

(v 33) "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."

Como si dijera: Aunque todas las cosas sean conmovidas, mi fe no fallará. Por lo cual da a entender que antepone a la Iglesia a toda la creación.
La creación sufrirá cambios, pero la Iglesia de los fieles y las palabras del Evangelio permanecerán para siempre.(Teofilo)

O bien, todo lo que en nosotros parece duradero, no permanece hasta la eternidad sin cambio, y todo lo que en Mí parece pasar se mantiene fijo e inamovible, porque Mi palabra que pasa pronuncia frases que permanecen inmutables y permanecen para siempre.(Greg)

El carácter imperecedero de la población cristiana.
Toda la oposición y persecución del mundo no aniquilará a la estirpe cristiana.
Cuando los mártires caen ante sus perseguidores, es sólo para convocar nuevos testigos para el Maestro de entre las filas de sus enemigos.
El tronco cristiano permanece.
No es necesario que haya miedo. Que esto quede para el mundo incrédulo.

Pero si la tierra pasará, ¿cómo dice Eclesiastés: "La tierra permanece para siempre?" Claramente entonces el cielo y la tierra en la forma que ahora tienen pasarán, pero en esencia subsistirán eternamente.(Beda)

Pero mis palabras no pasarán; arraiguen o no, surtirán efecto, y ninguna de ellas caerá a tierra,
1 Sam 3:19

¡Bendito Señor! cuán verdaderamente terrible fue tu predicción acerca de la una vez amada ciudad; y ¡cuán verificado fue el todo!
Más plenamente se cumplió la sentencia de Dios Padre sobre Jerusalén, cuando dijo, en relación con su amado Hijo: "Porque la nación y el reino que no te sirviere, perecerá". Isa 60:12
Y, en el caso de Jerusalén, ¡cuán terriblemente cumplido!
Señor, concede que todos tus redimidos, preservados por la gracia santificante, y reunidos fuera de la ciudad de destrucción, puedan ser capacitados por tu misericordia renovadora y salvación gratuita, para velar y orar; y sed tenidos por dignos en la sola sangre y justicia de Jesucristo, de escapar de todas estas cosas, y de estar delante del Hijo del Hombre!
(Hawker, Robert)