2021-08-19 21:15:12
Presentación ante la tribu.“Pero es que no te cambias nunca de pieles. Siempre vas con las mismas, porque dices que son un regalo de tu padre. Y no me gusta nada que no vayas a cazar con los hombre de la tribu, haciéndolo solo o en compañía de tus amigos de siempre…”
Bocabonita está en plena tarea de transformación con su chico Ojos de Mar, ya que debe pulir algunos aspectos poco presentables ante su gente.
Hace tiempo que un día se perdió en medio del bosque y, muy asustada, se encontró con un chico muy atractivo que se estaba bañando en un lago. Él, en cuanto la vio, se acercó sigilosamente para que ella no se asustase. Ambos se quedaron presos por la mutua atracción. Ese día estuvieron conversando hasta el anochecer, mientras el tiempo parecía que se había acelerado como si fuese un dilophosaurio. Tras dormir muy pegados toda la noche, él le acompañó de vuelta hasta divisar a su tribu a lo lejos. Se despidieron con la promesa de verse muy pronto.
Emocionada, Bocabonita se pasó el día hablando maravillas de Ojos de Mar, mientras sus padres estaban muy enfadados por ver que la relación de su hija con Orejas de Gato peligraba:
“es un gran chico e hijo de nuestros mejores amigos y deberías seguir con él.” Ante la negatividad de su entorno, Bocabonita cayó en la trampa de sentir que debía alimentar de manera exorbitada la grandeza de su nuevo chico.
“Es tan divertido, viste unas pieles tan estilosas, tiene unas estrategias tan diferentes y efectivas para pescar y (inventando en su imaginación) es tan sociable, ha nacido para liderar una tribu, tiene tanta intuición para anticiparse a los peligros…”
Ojos de Mar y Bocabonita se vieron de nuevo, aprovechando un día en el que el líder de la tribu de él había ordenado un día de caza individual, para explorar nuevos territorios. La química hormonal hizo el resto y sintieron que no querrían separarse nunca más.
Tal había sido el desgaste energético en vender al otro, que se habían olvidado por completo de cómo era la versión más auténtica y real de esa persona, por la que se podía matar defendiendo su perfección. Y cuanto más se inflaba el mito, mayor iba a ser la decepción del crudo y demoledor descubrimiento de la realidad. La realidad del otro.
Y ahora, ambos están destruyéndose en la intimidad, para intentar que la elección haya sido tan brillante como cada uno de los dos se considera. Porque al haber sido tan intransigentes ante los ataques de los demás, ahora no se quieren permitir el lujo de aceptar que no era para tanto y que son, simplemente, ellos mismos.
Y es que cuando nos empeñamos en que nuestra pareja condiciona nuestra propia imagen ante los demás, sentiremos rabia e indignación cuando el otro actúe de un modo que no nos gusta para lo que queremos proyectar. De hecho, reconocer que nos hemos equivocado en nuestra elección, tal y como sucede cuando compramos un reloj muy caro que se atrasa, es una fuente inagotable de crispación y de hostilidad, con todo lo negativo que ello comporta.
Uno de los motivos de la distancia entre dos personas que se han atraído con sus versiones más auténticas, reside en la venta de la otra, que solo coincide con el tipo de persona que nos quedaría bien en nuestro muro ideal. Y cuanto mayor sea la defensa del hallazgo, mayor será la lucha encarnizada para pulir todo aquello que descubrimos y que choca contra lo que hemos estado promulgando a los cuatro vientos.
Como sería, simplemente, pegarse a esa persona tan especial sin necesidad de venderla ni, por tanto, customizarla? Quizás, de ese modo, Bocabonita y Ojos de Mar podrían ser ellos mismos y entender que el otro no es mi extensión.
4.5K viewsSalva Fernández, edited 18:15
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