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Cada día trae su afán. Cada mañana trae su gracia

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Los últimos mensajes 21

2021-10-27 08:13:33 TODO VIENE DE ÉL

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13

La noche avanza, y avanzan también sus pesadillas. Braulio no duerme. Fantasmas imaginarios invaden su noche solitaria, y la transforman en preámbulo de muerte. Siempre es así, desde los quince años, cuando empezó a usar cocaína. Ya pasaron siete largos años; tiempo de dolor, de promesas incumplidas, de lágrimas y de abandono.

Braulio sufre más al percibir el sufrimiento de sus padres; los ama, aunque ellos no lo crean. Daría la vida por verlos felices y orgullosos del hijo primogénito, pero no tiene voluntad. El vicio se ha apoderado completamente de él.

Pero, esta noche es diferente. El hombre que diserta en la televisión habla de esperanza, de restauración, de una nueva vida. Cuenta historias de vidas destruidas por los vicios, y de la manera maravillosa en que Dios restauró esas vidas. Y Braulio quiere creer, pero no puede. Ya creyó en tanta cosa, y nada dio resultado. Tiene miedo de seguir frustrándose, y engañando a sus padres; por eso decide cambiar de canal. Entonces sucede algo imprevisto: las cámaras cierran en el plano del rostro de la persona que habla en la televisión y, sin querer, el joven drogadicto se encuentra cara a cara conmigo, y oye mi voz:

-No eres tú; es Dios quien lo hará. Tus promesas son promesas de arena; tú no tienes fuerza de voluntad. Lo que estás sintiendo en este momento ya es el trabajo del Espíritu Santo, en tu corazón. Deja que Dios termine lo que está comenzando a hacer.

Y Braulio cree. Acepta el milagro de Dios, y continúa viendo el programa. Cuando termino de hacer el llamado, el muchacho se arrodilla delante de la televisión, y llora. “Señor”, dice, “yo no tengo fuerzas; no soy nadie, no puedo ni quiero. Pero, si el querer y el hacer son tuyos, entonces opera el milagro en mi vida y libérame de este vicio”.

Conocí a Braulio años después. Un día, mientras esperaba mi vuelo en el aeropuerto de Dallas, un joven elegante, maletín de ejecutivo en la mano, se aproximó a mí y me preguntó:

-¿Es usted el pastor Bullón?

Al oír mi respuesta, me abrazó con emoción, y me dijo:

-No sabe cómo agradezco a Dios porque aquella noche triste, de mi triste vida, él lo usó a usted como instrumento para traer esperanza a mi corazón.

Por eso, sin importar cuál sea la lucha que tú enfrentas, comienza este día seguro de que “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,

por su buena voluntad”.

Alejandro B

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2021-10-26 08:25:18 TRANSFORMACIÓN

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18

Mirar a Jesús todos los días, como en un espejo. Ese es el secreto de la transformación. El apóstol Juan es el mejor ejemplo de esa metamorfosis espiritual. Llegó un día a Jesús, cargando una personalidad deformada por el pecado. El pecado deforma las cosas bellas que Dios creó. Al salir de las manos del Creador, Adán y Eva eran semejantes a Dios en su carácter. Pero, el pecado deterioró en ellos esa imagen. Así, cuando Juan se aproximó a Jesús, traía la deformación del pecado; un temperamento explosivo, egoísta y orgulloso. Su apodo era “El hijo del trueno”. ¿Te imaginas cómo era el carácter de este hombre, para que llevase ese apodo?

Gracias a Dios que lo que realmente importa, en la vida, no es lo que eres, sino lo que llegarás a ser, transformado por el poder de Dios. Juan buscó a Jesús de todo corazón; lo buscó en todos los momentos: lo observaba, lo contemplaba, lo miraba y lo admiraba. Se quedaba a su lado tanto en momentos de paz como de conflicto; en las horas buenas y en las horas malas. El resultado fue que, cuando Juan llegó a la ancianidad y estaba solo en la isla de Patmos, su apodo ya no era más “El hijo del trueno” sino “El discípulo del amor.”

¿En qué momento cambió la vida de Juan? Nadie podría decirlo. La transformación que el Espíritu Santo opera en el ser humano es lenta, progresiva, e inadvertida por la propia persona. Los demás lo ven; quienes están en tu entorno lo perciben. Tú no; tú te sientes cada vez más indigno e insuficiente.

Mirar a Jesús no es algo romántico; no necesitas quedarte absorto, contemplando el retrato de Jesús. Mirar a Jesús significa buscarlo todos los días, mediante el estudio de la

Biblia, de la oración y de la meditación.

Si haces eso, el carácter de Jesucristo irá reproduciéndose lentamente en tu vida, y serás cada día más semejante a él. Por eso hoy, antes de salir a enfrentar las luchas de un nuevo día, lleva a Jesús tus cargas. Llévale la montaña de promesas que no cumpliste; tus decisiones de arena; tus determinaciones humanas, y dile: “Señor, yo solo no puedo; necesito desesperadamente de ti. Ven y habita en mí”. Porque “mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.

Alejandro B

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2021-10-25 08:12:51 EL FIN DEL DOLOR

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 1 Corintios 15:54

La esperanza del cristiano no se limita a la resurrección, sino también se proyecta hacia la eternidad; una vida eterna sin los problemas de este mundo. San Pablo dice que, cuando resucitemos, “esto mortal será vestido de inmortalidad y esto corruptible será vestido de incorruptibilidad”.

¿Sabes lo que eso significa? Resucitaremos con una naturaleza transformada. Las tendencias pecaminosas habrán llegado a su término. No existirá más la lucha interior que te lleva a la desesperación de querer servir a Dios y no poder. Creo que, de todas las bendiciones de la vida eterna, esta es la más significativa. Volveremos a tener la naturaleza de Adán antes de la caída. Nahum declara que el pecado no se levantará por segunda vez.

Claro que también habrá una transformación física. El cojo saltará, el ciego verá y el mudo hablará. El que murió consumido por el cáncer resucitará completamente curado y con un organismo sin ningún tipo de molestias. Pero, para que todo esto sea una realidad, es necesario que Jesús vuelva. Nuestra esperanza está centrada en Jesús y en su retorno triunfante a este mundo; ese será el punto final dado a la historia del pecado. La salvación y todo lo que Jesús hizo en la cruz del Calvario no tendría mucho sentido sin la Segunda Venida. ¿Cuál sería el mérito de la salvación? ¿Viviríamos salvos, por la eternidad, en este mundo de dolor, de pecado y de muerte? ¿Continuaríamos enterrando a nuestros seres queridos, arrancados por la muerte? ¿Continuaría la explotación, la miseria y la traición del ser humano? ¡No! Jesús viene para decir: ¡Basta!

¡Llegó la hora de volver a casa! Y ese día está llegando. La concreción final de nuestra esperanza; el sueño hecho realidad. Hoy aceptamos todo eso por la fe, pero pronto, más pronto de lo que piensas, la trompeta sonará y nadie más te hará llorar, nadie más te hará sentir inferior; no más desempleo, ni frustraciones, no más dolor ni lágrimas.

Yo quiero prepararme para ese día. ¿Lo quieres tú, también? Despierta a un nuevo día, pero recuerda que pronto, muy pronto, cuando “esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.

mi

Alejandro B

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2021-10-24 08:02:22 DIOS NO FALLA

En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Dios, no desamparaste a los que te buscaron. Salmo 9:10

La voz de Douglas sonaba a tragedia cuando me llamó. El reloj indicaba exactamente 9:50, hora del este. Para él, sin embargo, ya era de noche. El “final de los tiempos” ya había llegado. Los ahorros de toda su vida estaban aplicados en la bolsa de valores, y de repente todo se desmoronaba delante de sus ojos, sin que pudiese hacer nada para salvar su patrimonio.

Por eso llamó. Se acordó de Dios, y quería que yo lo ayudase a orar, para ver si podía salvar algo en medio de todo aquel terremoto financiero.

En Nueva York, las bolsas parecían enloquecidas, como un automóvil sin dirección, precipicio abajo; en Europa, el caos no era menor. Rusia y Brasil tuvieron que cerrar la puja de la bolsa, después de una caída brutal del quince por ciento, para intentar calmar los ánimos.

En Portland, donde yo estaba, el tránsito, en medio del día sombrío, se me antojaba el desfile fúnebre de muchas carrozas, al ritmo insistente de una llovizna gris y sin vida.

Estados Unidos vivía uno de los peores momentos de su historia. Se perdía la confianza en el sistema financiero; el país del sueño americano parecía un gigante herido, tambaleante, que trataba de descubrir qué era lo que sucedía. El fantasma de la recesión avanzaba, implacable. Familias de clase media devolvían sus casas, porque no estaban en condiciones de pagarlas. Todos, de una forma u otra, se veían amenazados por un futuro sombrío e incierto, a corto plazo.

En medio de toda la turbulencia, qué bueno es escuchar la voz de Dios, que promete: “En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Dios, no desamparaste a los que te buscaron”.

Confiar en el Señor es el secreto para salir victorioso en todos los embates de la vida. Tal vez, el consejo te parezca muy simple. ¿De qué sirve confiar en Dios, cuando todos los ahorros de tu vida se están haciendo humo? La caída de la bolsa ¿va a detenerse solo porque confías en Dios? No. Tal vez no; seguramente no.

Pero, los que confían en el Señor no desesperan; no enloquecen ni piensan que la única salida es la muerte. Quienes conocen a Dios saben que el Señor puede levantar a sus hijos de las cenizas, como lo hizo con Job.

Deposita toda tu confianza en Dios. Conócelo. Cree en él. Dios jamás desampara a aquellos que lo buscan. Y recuerda: “En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Dios, no desamparaste a los que te buscaron”.

Alejandro B

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2021-10-23 08:00:52 DIOS SABE

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:8

Si Dios conoce tus necesidades antes de que le pidas cualquier cosa, ¿por qué necesitas orar? Muchos piensan que la oración tiene, como propósito, informar a Dios acerca de la situación difícil por la que están atravesando; pero, no es así. El propósito principal de la oración es la comunicación con Dios.

¿Imaginaste cómo sería la vida si las personas se aproximasen unas a las otras solo para pedirse cosas? Sería un acercamiento egoísta y sin significado. Las personas conversan por el simple placer de conversar; para cultivar el compañerismo, la amistad, y para conocerse mejor.

La oración no es otra cosa que conversar con Dios. ¿Sobre qué? ¡Sobre todo! Orar es abrir el corazón a Dios como a un amigo. ¿De qué conversan los amigos? De todo: deportes, noviazgo, cocina, trabajo, automóvil, finanzas; y, a veces, de cosas insignificantes e irrelevantes, solo para pasar tiempo con el amigo.

¿Es Jesús, para ti, el mejor amigo? Entonces, ábrele tu corazón. Pasa tiempo con él, a solas. Sepárate de las multitudes y, en tu habitación, exprésale a tu mejor Amigo todo lo que estás sintiendo: tus tristezas, dolores, alegrías, sueños y frustraciones.

Al hacer eso, no le estás informando de nada; Jesús ya sabe lo que te está sucediendo. Pero, cuando tú se lo cuentas, algo extraordinario sucede dentro de ti. Al levantarte de tus rodillas, percibes las dificultades desde una perspectiva diferente. El temor, las dudas y la desconfianza desaparecen, y te sientes con valor para enfrentar los embates de la vida.

En vez de rumiar tus tristezas y , en soledad, dando lugar a la ansiedad, cuéntale a Jesús lo que te está perturbando. El versículo de hoy aconseja: “No hagáis como ellos” ¿Quiénes son ellos? Quienes no conocen a Jesús. Los que tratan de resolver sus problemas solos, creyendo que la fuerza de voluntad o la disciplina mental son suficientes para salir de las dificultades.

Hoy es un nuevo día; ayer ya se fue. Pudo haber sido un ayer lleno de momentos tristes, pero ya es pasado. Abre las ventanas de tu corazón a los nuevos desafíos que la vida te presente. Nada está perdido cuando estás con Jesús. Pero, no salgas sin recordar el consejo del maestro: “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”.

Alejandro B

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2021-10-22 08:17:50 SABIDURÍA

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5

La puerta se cerró, detrás de él, con fuerza. Fue un sonido seco como su corazón, carente de paz y de alegría. Otra oportunidad perdida; un empleo más, que no estaba “a su altura”.

A los 32 años de edad, continuaba buscando el empleo ideal, acorde a su “capacidad y preparación”. Ambiciones tenía; títulos, también, y de las mejores universidades. A veces, se creía un semidiós; tan distante de los simples mortales. Por eso sufría: las personas no lo veían de la misma forma.

Se llamaba Pedro Paulo; dos nombres bíblicos. Tal vez, porque sus padres hubiesen querido que siguiese el ejemplo de los héroes del cristianismo. Pero, al entrar en la universidad, creyó que no necesitaba más de Dios; se olvidó por completo de lo que había aprendido en su niñez.

Al cumplir 35 años, ebrio, intentó el suicidio. Algunos dicen que cayó accidentalmente; otros afirman que se arrojó intencionalmente. Como resultado, permaneció en una silla de ruedas por varios meses.

Fueron meses de reflexión. Un día, se miró en el espejo y percibió que la vida se le estaba yendo, y él no había hecho otra cosa que buscar el empleo ideal. Se preguntó por qué otros, con menor capacidad que él, vencían en la vida. E imperceptiblemente, en el silencio de sus pensamientos, vino a su memoria un versículo que había aprendido cuando era niño: “Si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios”.

Sabiduría no es conocimiento. Pedro Paulo sabía mucho, pero carecía de sabiduría. ¿Cómo iba a tenerla, si Dios es la Fuente de la sabiduría y él había quitado a Dios por completo de su vida?

En humildad, volvió los ojos a Dios.

– Enséñame a usar lo que sé – le dijo al Señor, en su corazón.

Y la respuesta no se dejó esperar. Dios siempre da sabiduría en abundancia al que se lo pide; entonces, lo mucho o lo poco que sabes se transforma en un instrumento poderoso en tus manos.

Nunca conocí a Pedro Paulo. Un día, mientras realizaba una serie de reuniones en Albuquerque, alguien me entregó una carta. En el cuarto de mi hotel la leí, y agradecí a Dios por su misericordia, capaz de esperar, esperar y esperar a que el ser humano, un día, entienda que sin Dios no es nada.

Por eso, ve hoy por la vida seguro, sabiendo que “si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Alejandro B

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2021-10-21 08:28:15 EL GOZO DE LA OBEDIENCIA

Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Juan 15:10,11

Permanecer es un verbo que denota seguridad. No es fácil “permanecer”, cuando se vive en un mundo de fluctuaciones. El versículo de hoy habla del gozo que proporciona la obediencia. “Para que mi gozo esté en vosotros”, dice Jesús. ¿Cuándo estará el gozo de Jesús en nosotros? Cuando lo obedezcamos. ¡Así de simple!, sin complicaciones. Pero, muchos piensan que los mandamientos del Señor están allí para crear problemas; para quitarnos la libertad y ser un fardo horrible de cargar. Por el contrario, Jesús enseña que la obediencia a sus mandamientos hace que nuestro gozo sea cumplido.

Veamos por qué la obediencia produce gozo. El ser humano fue creado, originalmente, para obedecer. Su naturaleza original, en la Creación, era obediente. Después de la entrada del pecado, la humanidad adquirió la naturaleza desobediente. Pero, en lo profundo, el ser humano se deleita en hacer la voluntad de Dios; obedecer le produce gozo.

La naturaleza pecaminosa lo lleva por los caminos de la desobediencia, pero le trae el peso de la culpa; el fardo atormentador de saberse rebelde; el instinto de muerte que el pecado trae consigo. No hay cómo el hombre o la mujer puedan ser felices contrariando la voluntad de Dios.

Haz de este día un día de obediencia. Aunque a tu alrededor las personas filosofen, discutan y argumenten con intención de demostrar que no es necesario obedecer, permite que el Espíritu de Dios te guíe por las sendas del bien. No creas en tus instintos ni en tus inclinaciones naturales; Dios te confió su Palabra. La Biblia es el mapa que te conducirá a la vida eterna; es la luz que te alumbrará, para que tus pies no tropiecen; es la fuente de sabiduría, para ayudarte a tomar las decisiones correctas en las encrucijadas del camino. Y recuerda la promesa divina: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”.

Alejandro B

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2021-10-20 08:07:56 ¡AHORA!

Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Juan 9:4

A Mariano las cosas no le salen bien. Ayer, por ejemplo, tocó puertas en busca de empleo. No cruzó los brazos, esperando que apareciera alguien ofreciéndole trabajo; no. Se levantó temprano y buscó, insistió y llamó. Al llegar la noche, sin embargo, sus pies estaban cansados de tanto caminar, sin encontrar nada.

Ya era tarde, y Mariano tenía vergüenza de volver a la casa de la familia que lo hospeda. Vive de favor, y últimamente no le es posible contribuir con nada para la comida que la familia sirve a la mesa.

Cuando los amigos preguntan a Mariano por qué busca empleo, su respuesta es: “Para comer, pagar la renta, en fin”.

¿Es simplemente para eso que Dios permitió que nacieses? ¿Para comer y pagar la renta? No. ¡La vida no puede ser solo eso! Y, si lo es, todavía no has entendido el propósito de tu vida.

El sentido de urgencia nace de la conciencia de misión; si crees que estás aquí por acaso, nada de lo que hagas tendrá mucho sentido. Pero, si sabes que eres una expresión del amor de Dios y que estás en este mundo porque Dios lo permitió, entonces tu vida tiene una misión; hay un proyecto de Dios para cada uno de tus días. Y el tiempo es el espacio en que se realizarán tus sueños.

En el versículo de hoy, el propio Señor Jesucristo afirma que a él le era “necesario”, es decir, obligatorio, compulsivo. El sentido de obligación, en el original griego, no nace de una presión externa, como en el caso del trabajador que cumple su deber porque el patrón lo está vigilando, sino de una presión interior, nacida de la conciencia de misión.

En otras palabras: “Yo sé por qué estoy en este mundo; sé lo que hago y lo hago rápido, porque nadie lo puede hacer en mi lugar”.

¿De dónde nacía esta convicción interior, en Jesús? De su comunión diaria con el Padre. Solo en comunión con él tu vida tiene sentido, y las dificultades que encuentras, en vez de ser estorbos, son instrumentos que contribuyen al cumplimiento de tu deber.

Con esa confianza, ve hoy, dispuesto a cumplir tu misión con urgencia, recordando las palabras de Jesús: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”.

Alejandro B

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2021-10-19 08:30:14 EL VALOR DE LAS PALABRAS

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29

Lo hiciste muy bien. ¡Felicitaciones! Estoy seguro de que un día lo harás mejor.

Jamás olvidaré estas palabras. Me las dijo un viejo profesor, al terminar mi participación en un concurso de Oratoria. Mis manos estaban heladas. Me había olvidado el discurso por la mitad y salí avergonzado, sin tener ganas de hablar con nadie dominado por el único deseo de correr y esconderme de todos. Pero, las palabras del profesor me dieron ánimo. Mis ojos brillaron. Yo lo admiraba mucho, y creí en sus palabras. Y pensé que, un día, realmente podría hacerlo mejor.

La última vez que lo vi, él estaba cansado, y la vida ya casi se le iba.

-No tenga miedo, profesor -le dije-, ya cumplió su misión. Quisiera yo llegar a su edad, como usted.

Sus ojos brillaron. Había emoción contenida en la sonrisa que intentó dibujar en su rostro. Aquel brillo era el mismo que apareciera en mis ojos, años atrás, cuando él intentó animar a un adolescente que se sentía derrotado.

El poder de las palabras es ambivalente: puede servir para construir o para destruir. El consejo de Pablo, hoy, es que “ninguna palabra corrupta salga de vuestra boca”. La palabra “corrupta”, en el original griego, es sapros, que literalmente significa algo que se deterioró; que entró en proceso de putrefacción.

Esto revela que las palabras no son otra cosa sino la expresión de sentimientos heridos, que no fueron curados a tiempo y entraron en proceso de putrefacción dentro del alma.

El remedio es Jesús. Puedes llevar a él tus heridas, abiertas por las circunstancias de la vida. Depositar en él tus ansiedades, tristezas y aflicciones. Él colocará el ungüento sanador en las llagas más profundas de tu corazón, calmará tus dolores y te hará feliz.

Entonces, la fuente de tu espíritu será manantial de agua pura, y tus palabras, instrumentos de edificación para las vidas destruidas por las tempestades del camino.

Pero, no salgas hoy, para relacionarte con las personas, sin prestar atención al consejo del apóstol: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”

Alejandro B

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2021-10-18 08:08:28 NUNCA FALLA

La ley de Dios es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Dios es fiel, que hace sabio al sencillo. Salmo 19:7

El verano agoniza aquí, en Portland, y como triste lamento de su partida, el cielo llora las primeras lluvias del largo invierno que terminará solo en marzo del próximo año.

Llora también la familia de Isidoro, un mejicano que atravesó la frontera y, al ser preso, se quitó la vida: “Mejor morir que ver mis sueños hechos polvo”, escribió en un trozo de papel usado. En el salmo 19, de donde fue tomado el versículo de hoy, la ley y el testimonio de Dios se refieren a las enseñanzas divinas que te llevan hacia la tierra de los sueños: la felicidad.

Las enseñanzas del Señor son el camino que conducen a esa meta deseada. El ser humano quiere ser feliz; lucha, trabaja y se esfuerza para serlo. Recorre distancias infinitas, cruza fronteras, se arriesga y, finalmente, envejece y llega a la conclusión de que la felicidad está fuera de su alcance.

La Biblia declara categóricamente, sin embargo, que la felicidad existe, pero que no es hallada por casualidad; hay que buscarla por el camino correcto.

La felicidad no es la ausencia de problemas. Este mundo está lleno de dificultades. Vivir feliz es el arte de enfrentar los problemas con sabiduría, y salir de esa lucha victorioso. La mayor necesidad del ser humano, para alcanzar la felicidad, es la de sabiduría; por eso, en este salmo, el Señor promete dar sabiduría al sencillo. Sencillo es el humilde de corazón, que reconoce su insuficiencia y busca el consejo de Dios.

Cada día puede constituir una oportunidad de oro para el sencillo y sabio, que reconoce los errores de ayer y está dispuesto a recomenzar una nueva batalla. No hay guerra sin batallas perdidas; pero, tampoco hay batallas ganadas sin reflexión y reorientación.

El sabio aprende de los errores, de los fracasos, de las victorias… No cesa de aprender; no se cansa de consultar. No se desanima. Sigue al frente, seguro de que cada día es un nuevo día.

Por eso hoy, antes de iniciar la batalla de este nuevo día, deposita tu confianza en el Señor y en su nombre, y sal rumbo a la victoria, recordando que “la ley de Dios es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Dios es fiel, que hace sabio al sencillo”.

Alejandro B

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