Parroquia San Francisco de Asís - El Tocuyo

2022-06-01 13:00:25 Abrir / Cómo

2022-05-31 15:04:01 La fe de María es una fe profética. Con su vida, María es profecía de la obra de Dios en la historia, de su obrar misericordioso que da la vuelta a la lógica del mundo elevando a los humildes y derribando a los soberbios (Lc 1,52). Papa Francisco

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2022-05-31 13:05:17 Día 31: LA CARIDAD. Visitación de Nuestra Señora

La caridad consiste en amar a Dios y por este amor a Dios, el amor a los demás. Esta es la principal de todas las virtudes, podemos decir que todas las demás virtudes confluyen en el ejercicio de la caridad.

Este mandamiento del Señor tiene su plena realización en María, que siendo perfectamente humilde, y, por eso del todo vacía de sí misma y libre de todo egoísmo y de cualquier apego a las criaturas, pudo emplear verdaderamente todas sus fuerzas en el amor de Dios. El Evangelio nos la presenta así, siempre orientada hacia el Señor.

María, en calidad de Madre, estuvo más cercana y unida a Dios que cualquier otra criatura, fue inundada más que ninguna otra de su amor. La plenitud de gracia y de amor en que fue colocada desde el principio de su existencia no la dispensó del ejercicio activo y constante de la caridad.

También para María, como para los demás hombres, esta vida fue el «camino» en el cual se debe siempre progresar en la caridad. También a Ella, como a nosotros, le fue demandada su personal correspondencia a la gracia. Y el gran mérito de María consistió precisamente en haber correspondido con la máxima fidelidad a los inmensos dones recibidos.

Esta caridad de María la vemos reflejada en la solicitud y prontitud del servicio a su prima Sta. Isabel, a pesar de encontrarse embarazada no duda en si ponerse al servicio de su prima, no pensando en sí misma; “María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña.” (Lc 1,39). Pensemos en nuestra vida, ¿cuántas veces nos excusamos, bajo falsos pretextos, para no vivir el mandamiento del amor?

María vive su maternidad divina en un acto de constante entrega a la voluntad del Padre y a la misión de su Hijo; no conoce titubeos ni reservas, no pide nada para sí. Imitemos esta misma actitud de la Virgen en toda nuestra vida, busquemos siempre agradar a Dios y amarle a través del servicio a nuestros hermanos.

“Mirar a la Virgen es descubrir siempre el espejo de Dios, y, por lo tanto, a una mujer que ama y cuya vida se gasta en amar; como un cirio a los pies del Sagrario.” (D. Miguel Conesa) Abrir / Cómo

2022-05-31 13:05:17 Abrir / Cómo

2022-05-31 13:01:24 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,39-56. En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: -«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» María dijo:

-«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo habla prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.
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El relato evangélico de la Visitación nos muestra cómo la Virgen, después de la anunciación del Ángel, no retuvo el don recibido, sino que partió inmediatamente para ayudar a su anciana prima Isabel (...) El Magníficat no es el cántico de aquellos a quienes les sonríe la suerte, de los que siempre van "viento en popa"; es más bien la gratitud de quien conoce los dramas de la vida, pero confía en la obra redentora de Dios y se han comprometido en primera persona, como María, para ayudar a los hermanos necesitados. En el Magníficat escuchamos la voz de tantos santos y santas de la caridad (...) Quien permanece por largo tiempo cerca de las personas que sufren, conoce la angustia y las lágrimas, pero también el milagro del gozo, fruto del amor. Benedicto XVI.

Lecturas de hoy:
1ª Lectura: So 3, 14-18a o bien Rm 12, 9-16b
Salmo: Sal: Is 12

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2022-05-31 13:01:24 Abrir / Cómo

2022-05-31 01:07:35 Abrir / Cómo

2022-05-30 13:05:16 Día 30: LA BONDAD

Este episodio de las bodas de Caná nos muestra cómo es la bondad de María. De su preocupación vemos que no se trata de una bondad fingida o en la que se mezcla su propio interés. Su bondad brota del verdadero amor con el que ama a Dios y a todos los hombres. A su vez María nos recuerda cuál es su secreto: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5), la obediencia a Jesús, a los Mandamientos de la Ley de Dios nos llevará a vivir la virtud de la bondad.

Esta misma preocupación que tuvo por los novios de la boda que se celebraba en Caná de Galilea es la que sigue teniendo con nosotros, sus hijos, a cada momento: “La soberbia y la vanidad nos hacen creer que somos “buenos”, olvidándonos de que si tenemos algo es porque lo hemos recibido de manos del buen Dios que vierte a manos llenas los tesoros de su Amor y nos preserva de tantos pecados, tan comunes hoy en día en nuestra sociedad. Santa Teresa vio su puesto en el infierno y yo me pregunto: «¿Cuántas veces lo has merecido tú y el Señor te ha ayudado a levantarte por intercesión de Santa María?». Muchas, y, a pesar de mis miserias, mi corazón desea ser santo, cumplir la voluntad del Señor, con la ayuda de la Virgen.” (D. Miguel Conesa)

En un día tan especial como el de hoy en el que rememoramos el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, acudamos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María, ya que Ella fue la principal testigo de cómo el Corazón de Cristo se abrió en la cruz para derramar su Misericordia. No sólo fue testigo, sino que fue participe en la Obra de la Redención. Así lo explica S.S. Pio XII en la encíclica Haurietis Aquas: “Don también muy precioso del Sacratísimo Corazón es la Santísima Virgen, Madre excelsa de Dios y Madre nuestra amantísima. Era, pues, justo fuese proclamada Madre espiritual del género humano la que, por ser Madre natural de nuestro Redentor, le fue asociada en la obra de regenerar a los hijos de Eva para la vida de la gracia. Con razón escribe de ella san Agustín: «Evidentemente Ella es la Madre de los miembros del Salvador, que somos nosotros, porque con su caridad cooperó a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son los miembros de aquella Cabeza.»”

Imitemos la bondad del Corazón de María siendo bondadosos con nuestros hermanos, si vivimos dentro de su Inmaculado Corazón nos iremos pareciendo cada día más a su bondad. Abrir / Cómo

2022-05-30 13:05:16 Abrir / Cómo

2022-05-30 13:00:29 Lectura del santo Evangelio según san Juan 16,29-33. En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: - «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.» Les contestó Jesús: - «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.» Palabra del Señor
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No se puede ser cristiano, sin trabajar continuamente para ser justos. Una cosa que nos ayudaría mucho sería preguntarnos si ¿creo o no creo? Si creo un poco y un poco no. ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? Sin fe no se puede seguir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús. Necesitamos el escudo de la fe, porque el diablo no nos lanza flores sino flechas en llamas para matarnos. Hay que tomar el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Los invito a rezar constantemente, a velar con oraciones y súplicas. La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos somos un poco vagos en la lucha y nos dejamos llevar adelante por las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores, ¡todos! Pero no se desanimen. Valentía y fuerza, porque el Señor está con nosotros. Papa Francisco.

Lecturas de hoy:
1ª Lectura: Hch 19,1-8
Salmo: Sal 67

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