2022-02-18 23:28:42
*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*
*Entrega 167*
*LIBRO 3*
*CAPÍTULO IX*
*LA VISITA DE LOS MAGOS*( Continuación)
Después que estos adoraron al Divino Niño, y gozaron de sus favores en sus almas, realizaron los oficios de felicitación con la Divina Madre y luego con el afortunado José, envidiando santamente cada uno de ellos la suerte muy feliz del Santo y alegrándose con él.
Breves fueron las palabras que nuestro José dijo a los tres reyes, pero estaban encendidas de amor y muy penetrantes. Los tres reyes conocieron el gran mérito del Santo y entendieron como dignamente ocupara ese lugar, siendo él tan Santo y adornado de virtud, por lo cual los tres afortunados reyes se encomendaron mucho a nuestro José, de modo que se dignara rogar por ellos a la Majestad de ese Rey supremo por la salvación de sus almas y las de sus súbditos, puesto que tenía la hermosa suerte de estar en su compañía y de gozar siempre de su adorable y amable Presencia. Nuestro José les prometió que lo haría, y se alegró mucho con ellos de la Gracia recibida en venir a reconocer y a adorar al verdadero Dios.
Después que hubieron ofrecido los regalos al Divino Niño, iluminados interiormente por El, e instruidos previamente por la Divina Madre y por San José acerca de los misterios de la verdadera Fe, se fueron para regresar a sus reinos.
Nuestro José se quedó con la Divina Madre y el Niño Jesús en la cueva, y nuestro José se postró en tierra con gran humildad y respeto para adorar de nuevo a su Redentor. En esta adoración el Santo fue elevado a un éxtasis muy sublime, donde el recibiría la revelación de muchos misterios por parte de Dios, y de muchos secretos, acerca de la venida de esos reyes y de cuanto en esa cueva Dios habla realizado en sus almas.
Y conoció también cómo los gentiles vendrían con el tiempo al conocimiento y adoración del verdadero Dios, de lo cual se alegró mucho nuestro José y después manifestó todo a la Divina Madre que ya estaba informada de todo, y conjuntamente dieron gracias a Dios.
Comenzaron luego a conversar acerca de la venida de esos reyes, y de cómo ellos exclusivamente entre tantas naciones habían sido hallados dignos para venir al conocimiento y adoración del verdadero Dios; y entre el pueblo judío, que era el pueblo escogido y favorecido, únicamente los sencillos pastores fueron hallados dignos de ir a reconocer y adorar al nacido Mesías. Se sorprendían y admiraban las obras del Altísimo, y de todo le agradecían y alababan.
( Continuará)
*Apóstoles de Su Amor*
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