2021-10-18 23:47:55
*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*
*Entrega 44*
*LIBRO 2*
*CAPÍTULO XIII*
*OTRAS TENTACIONES Y PERSECUCIONES DE SATANÁS*
Se dio el caso de que fue robada alguna ropa a alguno de estos malvados, y enseguida le echaron la culpa al Santo joven; por lo cual armados de ira se fueron a su pequeño taller y le pusieron todo desorden, diciéndole que sacara afuera lo que había robado, insultándole y amenazando de castigarle y de acusarle como ladrón. El Santo estaba su acostumbrada serenidad, ni se disculpaba; sino que una vez les dijo que se cuidaran porque estaban equivocados, pero estos no queriendo dejar de importunar al Santo le tacharon de ladrón; al final les dijo que Dios habría defendido su causa. Al ver los malvados la constancia y la paciencia del Santo joven, se retiraron amenazando de quererlo acusar, si no se encontraba al que habría robado la ropa, sin antes asegurarle que él había silo. El Santo joven estaba muy afligido al verse así acusado, y mucho más por las ofensas que se hacían a Dios, por lo cual se fue al Templo a suplicar a su Dios que se dignara defenderlo de esa angustia. Dios no tardó mucho en descubrir el engaño, porque se encontró quien se había robado esa ropa, por lo cual quedaron muy confundidos los que le habían acusado, y a la vez admirados y sorprendidos por la virtud y paciencia del Santo, y la aversión se cambia en estima y cariño hacia él, por lo cual el demonio quedo confundido y el Santo enriquecido de méritos delante de Dios y de aprecio delante de los hombres.
No por esto el enemigo se dio por vencido, sino que instigo a algunos jóvenes libertinos, los cuales varias veces habían visto al Santo frecuentar el Templo, y de esto sentían un coraje muy grande tanto más que su modestia servía para ellos de gran reproche; por eso, un día, acordaron entre ellos, ir al taller del Santo y aquí mofarse de él, insultarle y de hecho lo hicieron con gran impertinencia. Encontraron al Santo que trabajaba y estaba todo concentrado en la contemplación de las divinas perfecciones, porque el, aun trabajando, estaba con su mente abstraída. Le preguntaron algunas cosas curiosas y vanas, pero el Santo no les contesto. Estos, siguiendo en sus preguntas impertinentes, el Santo les dijo que le dejaran en paz y que, si querían esos vanos entretenimientos, se fueran a otro lugar porque él estaba ocupado en su trabajo. Estos comenzaron a mofarse de él y a insultarlo, diciéndole unos improperios, a los cuales nunca contesto el Santo joven la que se encontraba. Uno de ellos, más atrevido e insolente que los demás se lanzó a golpear al Santo, el cual no hizo otra cosa que decirle: "Que Dios os perdone hermano, porque, aunque yo merezca esto por mis pecados, a pesar de esto no os he dado motivo para que hagáis esto contra mí" y mientras aquél lo golpeaba, los otros compañeros lo festejaban y lo aplaudían. Después que le hubieron llenado de insultos y de golpes, se fueron, quedando el Santo con su acostumbrada serenidad y paciencia sin tener resentimiento alguno de esto. Se dirigió sin embargo a su Dios y le pidió su ayuda, como le había prometido muchas veces, diciéndole: "Dios mío, Vos me habéis asegurado de asistirme y defenderme en todas las circunstancias de mi vida y ya sabéis que yo no tengo a otros fuera de Vos; por lo tanto, acudo a Vos de modo que me ayudéis y me defendáis de mis enemigos". ( Continuará)
*Apóstoles de Su Amor*
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