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Cada día trae su afán. Cada mañana trae su gracia

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Los últimos mensajes 2

2022-07-25 08:05:28 ¡ÁMATE!

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39.

Esta es una orden divina: ama a Dios, pero ámate también a ti. Si no te amas tú mismo, no podrás amar a los demás. Pero, amarse a sí mismo con equilibrio resulta difícil, después de la entrada del pecado en este mundo. ¡Necesitas sentirte digno de ser feliz y de realizarte como persona! Parece fácil, pero no lo es: implica reconocerte en condiciones de ser querido tal como eres.

El pecado hace dos cosas terribles: o te lleva a creer que eres el centro del universo o hace que te sientas sin ningún derecho de ser feliz.

Existe mucha gente que, cuando se mira en un espejo, no puede evitar compararse con los demás, y cree que no vale nada y que no sirve para nada. Eso es lo que aprendió, desde niño, con la ayuda de padres exigentes que, a veces, le enseñaron a compararse con los demás.

Lo triste de todo esto es que el cuerpo expresa constantemente lo poco que te quieres con malestares y enfermedades. Los problemas de relación también son una evidencia de falta de autoestima, porque lo que haces contigo mismo lo haces también con los demás. Gente querida, que vive a tu lado, termina siendo víctima de tu frustración y tu descontento.

Si no te amas a ti mismo, ¿cómo estarás siempre conforme, disfrutando de la vida y valorizando a los demás?

Tu vida se transformará en un calvario de calamidades y en una cadena de desencuentros, errores, fracasos y accidentes, que te harán sentir miserable.

Todo lo que parece estar mal a tu alrededor es resultado de un proceso autodestructivo inconsciente, de una forma de pensar negativa que solo crea problemas.

Pero, la buena noticia es que Jesús vino a este mundo no solo a morir por tus pecados, sino también a devolverte el equilibrio de tu valor.

Ama a Dios con todo tu corazón, y el resultado natural de esa entrega será tu propia valorización.

Con este pensamiento en mente, sal para enfrentar las luchas de este nuevo día. Por donde vayas, valoriza a las personas, reconóceles la dignidad, enséñales a crecer.

Quiere decir, ámate a ti mismo y proyecta, en los demás, la gratitud que sientes en tu corazón porque Dios te amó primero. No te olvides, ama a tu prójimo, pero como a ti mismo.

Alejandro B

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2022-07-24 08:03:09 ¡APRENDE A PEDIR!

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Mateo7:7,8.

“No necesito de Dios”, decía Augusto, lleno de orgullo. “Dios es una muletilla que” los débiles usan para esconder su fragilidad y falta de valor para enfrentar los problemas de la vida”.

Brillante como pocos; inteligente, al punto de discutir con los profesores y dejarlos en malos lienzos. Respiraba soberbia. Miraba a los demás como si él estuviese en un pedestal, por encima de los pobres mortales. La vida, sin embargo, fue cruel con él. Una noche, mientras regresaba de una fiesta, su automóvil salió de la carretera y tuvo un accidente casi fatal.

Llevó meses para recuperarse; pero jamás volvió a ser lo que era. Quedó condenado a una silla de ruedas para el resto de su vida.

Tres meses después, regresó al hospital por causa de otro accidente: la silla de ruedas resbaló por una rampa, y cayó desde una altura de tres metros. Los testigos dicen que no aceptó ayuda; no pidió, no buscó, no llamó…

Pedir, buscar y llamar son tres verbos que expresan dependencia.

Tú solo pides cuando necesitas, buscas cuando no tienes y llamas cuando deseas entrar. ¿Sabes lo que Jesús quiere decirte?

Que el primer paso del vencedor es reconocer sus limitaciones: tú eres dependiente; no solo de Dios sino también de las otras personas.

No eres una isla en este mundo; nadie lo es. Todos dependemos de todos. Puedes ser bello como un par de ojos azules, pero necesitas de los pies, por inferiores o detestables que te parezcan. Jamás subestimes a los demás; no los consideres innecesarios. Por abundantes que sean tus talentos, por brillante que seas, eres mucho más productivo, más noble y más grande cuando aprendes a pedir, a buscar y a llamar.

Pero, evidentemente, cuando Jesús pronunció estas palabras estaba hablando de su infinito amor, listo a ser derramado en la vida de quienes lo reconocen como Dios.

Por eso, hoy, no te atrevas a enfrentar los peligros de la vida sin pedir, buscar y llamar. Jesús está allí, a tu lado, dispuesto a oír tu voz. Quiere hacerte grande, pero necesitas sentirte pequeño. Si te consideras grande, ¿qué puede él hacer por ti?

Alejandro B

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2022-07-23 08:02:49 ¿PARA QUÉ VIVES?

No se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Mateo 5:15.

Hay dos pensamientos en el versículo de hoy. El primero es que todos venimos a este mundo con un propósito. No “se enciende una luz y se pone debajo de un almud”. La luz existe para alumbrar; no puede permanecer oculta. Si, por algún motivo, pierde su propósito, de manera natural pierde, también, su razón de existencia.

Si esto es verdad con relación a la luz, lo es mucho más con relación a ti. Tú eres la luz del mundo; lo dijo el propio Señor Jesús. Por tanto, a fin de que puedas ser feliz y estés realizado en la vida, necesitas descubrir para qué viniste al mundo. Nadie nace por coincidencia: si estás vivo, tienes una misión a cumplir.

El segundo pensamiento es que el cumplimiento de tu misión requiere dedicación. No es simplemente porque tu vida tiene un propósito que ese propósito será alcanzado: hay que colocar la luz “sobre el candelero”.

En cierta ocasión, preguntaron a Tomás Edison en qué radicaba el secreto de tanta productividad. “Diez por ciento de inspiración y noventa por ciento de transpiración”, fue la respuesta. Edison no se conformó con ser luz, sino también puso la luz sobre el candelero. El cumplimiento de cualquier propósito requiere esfuerzo; nada que valga la pena sucede por acaso. Detrás de cada victoria existen horas de preparación y de ejecución.

¿Cuál es el propósito de tu vida? Jamás lo sabrás, si no vas a la Palabra de Dios. Ella es la fuente de sabiduría: la Biblia te muestra de dónde viniste, por qué existes y hacia dónde vas. Ve a ella en busca de inspiración; Dios te infundirá fuerza y valor a través de su lectura. Pero, después, atrévete a pagar el precio de tus sueños: coloca tu luz sobre el candelero.

¿Y si no hay candelero? Búscalo, invéntalo, fabrícalo; no lo sé. Lo único que no puedes hacer es quedarte de brazos cruzados, esperando que las cosas caigan del cielo.

Con estos pensamientos en el corazón, sal esta mañana a buscar el candelero. Seguro de que Jesús está a tu lado, pero recordando el consejo del Maestro: “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa”.

Alejandro B

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2022-07-22 08:03:40 ¿PARA QUÉ MÁS?

Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1 Timoteo 6:8

El sol tropical se oculta en la playa. Un banquero contempla el muelle de un pueblecito costero, y ve llegar a un pescador que trae, en su pequeño bote, varios peces de buen tamaño. El banquero pregunta:

- ‘Cuánto tiempo te llevó pescar esos pees?

- Un par de horas, señor – responde el hombre.

- ¿Por qué no permaneciste más tiempo en el mar? Hubieras pescado más.

El pescador asegura que tiene lo suficiente para satisfacer las necesidades de su familia.

- ¿Y qué haces con el resto del tiempo? – pregunta el banquero.

- Bueno, duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago la siesta y voy todas las noches al pueblo, a tocar guitarra con mis amigos. Tengo una vida ocupada y amena.

El banquero le aconseja:

- Soy consultor financiero, y creo que deberías invertir más tiempo en la pesca: con los ingresos, comprarías un bote más grande; con los ingresos de ese bote, podrías comprar varios botes; entonces tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a un procesador; después, podrías abrir tu propio procesador, controlar la producción, el procesamiento y la distribución; salir de este pueblecito e irte a una ciudad grande, en fin…

- ¿Y cuánto tiempo tardaría eso? – pregunta el pescador.

- Entre quince y veinte años.

- ¿Y luego qué?

- Podrías vender las acciones de tu empresa. ¡Te volverías rico; tendrías millones! – sonríe el banquero.

- Millones… ¿Y luego qué?

- Luego te podrías retirar; irte a un pueblecito en la costa, donde podrías dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer la siesta, ir todas las noches al pueblo, tocar guitarra con tus amigos, libre de preocupaciones…

- ¿Acaso no es lo que tengo ahora?

Esta no es una invitación al conformismo ni a la mediocridad, sino a la evaluación del ritmo de tu vida: ¿Trabajas por necesidad o por obsesión? ¿Tienes tiempo para Dios y para tu familia, o vives solo en función de hacer una fortuna?

No salgas hoy sin recordar: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”.

Alejandro B

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2022-07-21 08:01:18 ¡ARREPENTIOS!

Y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 3:2.

La voz que clamaba en el desierto era la voz de Juan. Su mensaje era directo, claro, sin medias palabras. Él no estaba preocupado en ser políticamente correcto. Tampoco era grosero, al punto de no considerar los sentimientos de las personas. Era un hombre de Dios, y sabía que su misión era preparar el terreno para la llegada de Jesús. Su mensaje era el arrepentimiento.

“Arrepentirse”, en griego metanoeo, significa cambiar de manera de pensar; dar media vuelta; reconocer que la senda que estás siguiendo está equivocada y regresar. Para los judíos, significaba volverse a Dios. ¿Por qué volverse? Porque te hiciste tuyo, cuando perteneces a Dios; te apoderaste de la vida que el Señor solamente te prestó.

Dijiste, como el hijo pródigo: “Dame la parte de la hacienda que me pertenece”, cuando nada es tuyo en realidad. Pero, el pensamiento del texto de hoy no es solamente un llamado al arrepentimiento, sino también muestra el secreto para el arrepentimiento.

Porque el arrepentimiento genuino no es fruto del esfuerzo humano; ningún ser humano es capaz de reconocer que está errado y, mucho menos, de dar media vuelta. El ser humano es terco, por naturaleza. Y torpe.

Porque, aunque sus intenciones sean las mejores, solo corre detrás de lo que le causa dolor. Juan enseña que el arrepentimiento es el resultado del acercamiento del Reino de los cielos; los otros evangelistas llaman, al Reino de los cielos, “Reino de Dios”.

Juan el bautista se refiere a Jesús: Jesús se acerca, y el resultado es el arrepentimiento. La iniciativa es divina; el Señor no me deja abandonado a mi triste decisión. Es verdad que yo había escogido el camino del mal, pero Jesús se acerca, el Reino de los cielos viene a mí, con el fin de mostrarme cuan insensato soy, y para mostrarme un camino mejor.

No intentes cambiar de vida solo; no lo lograrás. Morirás, sangrando, en el desierto de tus buenas intenciones. Simplemente, permite que el Señor te alcance. ¡Deja ya de correr! ¡No te escondas en tu moralismo, ni en tus promesas ni en tu dominio propio! Solo déjate encontrar, porque desde la eternidad Jesús salió a buscarte.

Enfrenta este nuevo día confiando en Jesús, y no en ti. Permite que el Señor trabaje en ti y por ti. Recuerda el mensaje de Juan: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

Alejandro B

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2022-07-20 08:05:54 HAYA LUZ

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Génesis 1:3.

Antonia salió de la casa, respiró hondo y miró al cielo: le hubiera gustado que fuese una noche limpia, como tantas otras a la orilla del mar. Pero, notó que no había luna ni estrellas; tal vez, los astros estuviesen allí como siempre, pero ella no los veía. Estaba oscuro; más oscuro que las oscuras páginas de su historia. Entonces, tuvo miedo y entendió que, para ver, no basta tener ojos; es necesario que haya luz. Poco valen los ojos en la oscuridad.

Su vida, cubierta de sombras desde la adolescencia, carecía de alegría. Si pudiese definir el día en que empezaron sus amarguras, se remontaría al triste momento en que sus padres le dijeron: “Hijita, el amor entre nosotros acabó. Pero, tú continúas siendo nuestra hija, y te vamos a amar siempre”.

Ella sabía que a partir de aquel instante nada sería igual. Y no lo fue. Su vida, que hasta entonces había sido un día de sol esplendoroso, empezó a nublarse: conoció las sombras, la tristeza, el dolor extraño de sentirse sola. Y jamás supo decir cómo, sin percibirlo, se descubrió hundida en la arena movediza de las drogas. Los errores desfilaron, uno tras de otro; cada vez más trágicos y grotescos. Quedó embarazada, provocó un aborto, vendió su cuerpo para sustentar el vicio… Fue descendiendo, como una piedra arrancada de la montaña; bajando a las profundidades de su autodestrucción. Hasta el día en que sus padres, sin saber ya que más hacer para ayudarla, se volvieron a Dios, restauraron su matrimonio y decidieron hacer de la recuperación de la hija amada el objetivo de su vida.

Antonia contemplaba la oscuridad aquella noche, sin ver nada. De repente el cielo se iluminó con la fugaz luz de un relámpago; dos segundos, suficientes para observar la belleza de las olas en el mar agitado.

En ese momento, el Espíritu iluminó sus pensamientos y clamó a Dios en busca de luz: “Señor”, dijo en su corazón, “mi vida está llena de tinieblas; necesito de tu luz. No quiero seguir viviendo asustada. Por favor, ilumina mi vida”.

Conocí a Antonia en una reunión en que personas que un día habían sido destruidas por las adversidades de la vida relataban la manera maravillosa en que Dios las rescatara.

Hoy puede también ser un nuevo día, para ti. Echa las tinieblas a un lado; sacude el polvo de tus pies. ¡Naciste para brillar! Tu Dios es el Dios que un día ordenó: “Sea la luz. Y fue la luz”.

Alejandro B

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2022-07-19 08:00:17 ESCRITO ESTÁ

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Mateo 4:10.

El enemigo de Dios es también tu enemigo. En realidad, tú nada le hiciste; su odio es gratuito. No puede con Dios, y se las toma contigo porque sabe que tú eres precioso a los ojos de Dios, y la mejor manera de tocar el corazón de Dios es hacerte sufrir.

Pero, en fin, ese no es el problema. El pensamiento del versículo de hoy es que la mejor manera de derrotar al enemigo es con la Palabra de Dios. Lo interesante de la historia es que, a veces, la mejor arma que el enemigo usa para derrotarte también es la Palabra de Dios.

A Jesucristo, el enemigo se le presentó citando los escritos de los profetas, pero fuera del contexto, arreglados a su manera, haciéndoles decir lo que él deseaba y no lo que el texto decía. Pero, Jesús conocía bien el texto y lo confrontó con la verdad.

El tema central de hoy es la adoración. Desde el cielo, Lucifer deseó la adoración para sí. Cuando no logra que los seres creados caigan en sus trampas, intenta llevar la adoración humana hacia cualquier cosa, menos hacia Dios: adorar cualquier idea, filosofía de vida u objeto ya es adorarlo a él.

Pero, ¿por qué esto es tan importante para el diablo? Por la sencilla razón de que, si retiras tus ojos, tu atención y tu adoración de Dios, ya perteneces al reino de las tinieblas, y consecuentemente, al reino de la derrota, de la mentira, de la mediocridad y de la muerte.

Tú única seguridad, en esta vida, es saber lo que la Escritura dice. No se trata solo de memorizar versículos y repetirlos, como si fuesen un amuleto contra el mal. Se trata de encarnar la Palabra de Dios en tu experiencia; hacerla realidad, vivirla en las varias circunstancias del día. La Palabra de Dios es vida: te lleva a la vida eterna, te muestra el camino, te alumbra, te enseña. Es el mapa para que no te extravíes, en este mundo de dificultades y de tristezas.

Haz de este día un día de comunión con Jesús. Abre la Palabra de Dios, graba sus consejos en tu corazón y, cuando tengas que enfrentar al enemigo, que puede presentarse disfrazado de adversidad, enfermedad o pruebas, haz como Jesús, y dile: “Escrito está”.

Alejandro B

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2022-07-18 08:04:45 CADA DÍA

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Mateo 6:11.

Hay dos expresiones que están colocadas no sin motivo, en la Oración Maestra de Jesucristo. Las expresiones son “Cada día” y “Hoy”. Tienen que ver con el tiempo; con vivir el tiempo; saber vivir el tiempo.

Jesús sabía que uno de los males del ser humano, a través de todos los tiempos, sería el mal de la ansiedad. La ansiedad es la extraña y obsesiva preocupación por problemas que, en la mayoría de los casos, todavía no existen. Los inventamos, los imaginamos, y morimos a los pocos intentos porque no podemos solucionarlos.

En la famosa oración del Padrenuestro, Jesús nos enseñó a pedir, para hoy, el pan de cada día. Deja para mañana el problema de mañana: basta a cada día su afán. ¿Por qué deberíamos confiar en el pan de hoy? Porque ya es nuestro. “Danos nuestro pan”, dice la oración.

A lo largo de los tiempos, esta fue una dura lección para ser aprendida por los hijos de Dios. En el desierto, mientras el pueblo de Dios peregrinaba, tuvo lugar un incidente que demuestra la exagerada preocupación del pueblo por los problemas del mañana. Sucedió cuando Dios les envió maná del cielo, para alimentarlos. El Señor les había dado la orden de recoger solo para el día; pero, los israelitas quisieron cuidar, también, del pan del día siguiente, y recogieron el doble.

La historia narra que, a la mañana siguiente, el maná del día anterior se había malogrado, y solo encontraron gusanos. ¡Lección fuerte la de Dios, en aquella ocasión! Pero, también, lección mal entendida; porque mucha gente cree que el pueblo simplemente estaba siendo previsor, y no desobediente.

¿Cuál es la diferencia entre previsión y ansiedad? Previsión es guardar algo que vas a necesitar mañana; ansiedad es preocupación por lo que no necesitas todavía. Deja que llegue el momento; confía en Dios y en sus promesas.

Un nuevo día nace para ti. Como todos los días, está lleno de desafíos. No los subestimes, no te escondas de ellos; no huyas de tu responsabilidad: enfréntalos en el nombre de Jesús. Sal con tu confianza depositada en alguien que jamás sufre derrotas. Pero, concentra todas tus fuerzas en la solución de los desafíos de hoy; deja los de mañana para mañana. ‘

¡Ah! Y ora, diciendo: “El pan de cada día, dánoslo hoy”.

Alejandro B

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2022-07-17 08:10:21 CONTIGO

Estaba, pues, Dios con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra. Josué 6:27.

¿Cómo definir, con palabras, el dolor de Jaime? ¿Cómo explicar la causa sus lágrimas? No es fácil. Los sueños son sagrados. Nacen en el alma, se van formando como un niño en el vientre materno: esperas, ansioso, el día de verle el rostro.

Pero, ¿qué sucede si pasa el tiempo, y la realidad no aparece? Miras hacia adentro, y allí, en lo recóndito de tu ser, solo encuentras restos de algo que se negó a ver la luz. Y te asustas, y sientes que tu sueño se transformó en una horrible pesadilla.

Jaime soñaba con ser rico y famoso. Pensaba que, para eso, el primer paso sería liberarse de los “tabúes que el cristianismo le imponía”.

“Al final de cuentas”, pensaba, “vivimos en un mundo en que no hay lugar para los melindres de la conciencia”. Y partió, como el águila, rumbo al infinito de sus aspiraciones. Voló, voló y voló, en busca del sol. Y de repente, sintió las alas chamuscadas en el fuego de la fama; y volvió, solo y triste, de regreso a su realidad de dolor y de lágrimas.

Diferente realidad la de Josué. “Su nombre se divulgó por toda la tierra”, afirma el texto. El joven líder de Israel no buscó fama: busco servir, y el resultado fue la fama. Diferente de Jaime, que buscó la fama y encontró el dolor.

“Estaba, pues, Dios con Josué”. Esta frase expresa el secreto de Josué: Dios controlaba su vida y sus decisiones. Él era el principio, el medio y el fin de su experiencia. En el poder de Dios, enfrentó a los ejércitos enemigos de Canaán y los derrotó. Cada victoria alcanzada lo preparaba para la siguiente. Su confianza en Dios aumentaba. Aumentaban, también, su dependencia y su sumisión.

Pero, esta sumisión, lejos de convertirlo en un debilucho lleno de “tabúes”, lo convertía en un guerrero intrépido, capaz de ver la victoria antes de que los enemigos surgiesen.

La preocupación que dominaba sus actos no era alcanzar la fama, sino servir a Dios y a su pueblo. La fama fue la consecuencia natural de ser guiado por el Señor.

Haz de este un día de confianza y de entrega a Dios; ten la seguridad de que tus decisiones no son solamente tuyas. Pide la aprobación de Dios y, después, parte rumbo a las grandes victorias que el Señor tiene preparadas para ti. Porque “estaba, pues, Dios con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra”.

Alejandro B

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2022-07-16 08:01:39 EL SILENCIO DEL PADRE

Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Mateo 26:40.

El dolor de Jesús, aquella noche, aumentaba en intensidad al comprobar la indiferencia de sus discípulos. Ellos ni siquiera podían ayudarlo a orar: dormían como si nada anormal estuviese sucediendo. ¡Ironía de la vida! En el mar de Galilea, una noche, Jesús dormía mientras ellos se desesperaban. ¿Cuál era el motivo de su desesperación? ¡Una simple tormenta! Pero, ahora que el clímax de la tormenta cósmica se avecinaba y que el destino de la humanidad estaba en juego; ahora, que la vida eterna, y no solo la mezquina vida terrenal, estaba por ser decidida, ellos dormían.

¿Te das cuenta cómo los seres humanos valoramos las cosas y las situaciones? ¡Que Dios tenga misericordia de nosotros!

Al verse solo, Jesús, aquella noche, oró a su Padre, y aparentemente no obtuvo respuesta. Su oración fue: “Padre, si puedes, pasa de mí esta copa, pero no sea hecho conforme a mi voluntad sino a la tuya”.

El cálice, o copa, es usado en la Biblia, a veces, como un símbolo de las bendiciones divinas, y otras como símbolo de la ira de Dios. En el Getsemaní, con toda seguridad, el cálice de Jesús era la más grande bendición que el ser humano podría recibir. ¿Por qué? Porque Jesús estaba recibiendo la ira de Dios, provocada por nuestro pecado; estaba ocupando nuestro lugar. Éramos nosotros sobre quienes el cálice de la ira divina debería ser derramado. Pero, el Señor Jesús te amó tanto que entregó su vida para ocupar tu lugar. ¡Qué bendición!

Jesús oró, aquella triste noche, y aparentemente no recibió respuesta de su Padre; aparentemente, porque el silencio del Padre fue su respuesta: no había otra manera de salvar a la humanidad; no había otra salida. En aquel momento, en las manos de Jesús estuvo nuestro destino: dependía de él. Si lo hubiese querido, habría podido retornar al cielo, y estaríamos perdidos para siempre…

¿Eres tú capaz de entender el silencio de Dios? Ora a Dios, y confía en él. Ora mucho, y que la triste historia de los discípulos no se repita: “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?”

Alejandro B

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