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Cada día trae su afán. Cada mañana trae su gracia

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Los últimos mensajes 7

2022-05-16 08:37:05 ¡DECÍDETE!

Respondió Rut: no me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios. Rut 1:16.

Edson sufría. Su dolor era el dolor del espíritu. Su lucha, interior, aquella que, cuando te hiere, no sangra por fuera; aquella que nadie ve y, sin embargo, te incomoda de día y de noche.

Todo había empezado al encontrarse con verdades ignoradas. Estaban allí, en la Biblia; un libro tan antiguo y tan nuevo, al mismo tiempo. La actualidad, la practicidad y la relevancia de esas verdades lo asustaban y lo sorprendían; lo fascinaban y le causaban temor.

¿Puede la Biblia asustar? ¡Claro que sí! Remueve los fundamentos de todo lo creído; sacude tus convicciones; estremece tu realidad.

Frente a la Biblia, solo tienes tres caminos: la aceptas, la niegas o la relativizas (es decir, la acomodas a tu gusto, creas tu propia verdad, la particularizas, solamente para aplacar el grito de la conciencia).

Negarla sería falto de inteligencia. ¿Cómo negar el día, si el sol brilla, esplendoroso, en medio del cielo azul? Más fácil sería razonar en torno a esa realidad. Decir, por ejemplo, que es de día aquí, pero la noche envuelve a los que habitan el otro lado del planeta.

¡Olvídate de quienes viven al otro lado de la tierra! Estamos hablando de tu realidad. ¿Por qué no la aceptas?

Edson sufría. Sentía el dolor de Rut, cuando le dijo a la suegra: “Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios”; era el dolor de la decisión. Decidir jamás fue fácil; confortable es quedarse encima del muro, esperando ver de qué lado sopla el viento. Confortable, en palabras. Porque el espíritu sufre, se desintegra, se divide, se inhabilita para la felicidad.

Hay momentos, en la vida, en que es necesario dar el paso definitivo. Avanzar o retroceder: decidir.

La decisión de Rut, la joven moabita, quedará registrada en la historia como una de las decisiones más extraordinarias. Miró hacia su pasado sin miedo; contempló el nacimiento de un nuevo día. No renunció a sus convicciones: les dio otra dirección.

La verdad no borra tu pasado; le da sentido, lo restablece. Te ubica en la única realidad que vale: la que proviene de Dios. Por eso, Rut dijo a Noemí: “No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.

Alejandro B

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2022-05-15 08:31:48 MUCHO MÁS, AHORA

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:10.

El tema de la gracia jamás será entendido del todo por la limitada mente humana. ¿Cómo entender que el Dios todopoderoso, Creador del cielo y la tierra, se haya hecho hombre, y viniera a morir en la cruz del Calvario, para salvar al ser humano? Pasarán siglos. En la eternidad, estudiaremos este asunto, y jamás lo entenderemos. Por eso, Dios ilustró la gracia en la muerte del cordero: un animal inocente, que no tenía culpa, era llevado al altar, y era sacrificado con el fin de que el pecador recibiese el perdón.

Cuando las manos del pecador se extendían, con el cuchillo empuñado, en dirección de la garganta del animalito; al contemplar a aquel inocente ser, que moría sin dar un gemido, el pecador podía tener una leve idea de lo que Jesús haría por él, en la Cruz.

Los judíos creen que la interpretación cristiana de Isaías 53 es una inmoralidad. Esta posición parece demasiado dura, pero ellos explican: “Que un hombre malo muera por sus delitos, eso es justo y moral; pero, que un ser bueno, que no le hizo mal a nadie, muera por los delitos de los pecadores, eso es inmoral”.

Tal vez sí; desde el punto de vista humano, con toda seguridad. Pero, Dios muestra su amor, para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Difícilmente alguien moriría por un amigo: ¡imagínate morir por un enemigo! Nosotros éramos enemigos de Dios y, sin embargo, el Señor Jesús entregó su vida por nosotros.

La eternidad no será suficiente para cantar loores de gratitud a Dios, por el don maravilloso de Jesucristo. Él ve, en ti, un potencial que nadie es capaz de discernir. Te acepta como eres, pero te ve como lo que, un día, transformado por su amor, llegarás a ser.

La base para esa confianza es el versículo de hoy: si Jesús te amó y se entregó por ti cuando vagabas en terreno enemigo, ¡mucho más ahora, que eres parte de su Reino! Él te tomará de la mano, y te guiará a los pastos verdes y a las aguas tranquilas. Te conducirá de victoria en victoria, hasta la victoria final.

Con esa seguridad en tu corazón, enfrenta las luchas de este nuevo día, “porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

Alejandro B

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2022-05-14 08:03:38 MORIRÉIS

Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Génesis 3:3.

La advertencia divina era clara: ¡Moriréis! A pesar de eso, Adán y Eva escogieron el camino de la desobediencia. Si pudiésemos resumir, en una palabra, lo que es el pecado, la palabra sería rebelión. En el cielo, Satanás se rebeló en contra de Dios, y en el Edén, Adán y Eva también se rebelaron contra el Creador.

Al leer el relato de la entrada del pecado en este mundo, la idea de la rebelión es clara; a pesar de que esta palabra no es usada. Pero, cuando Eva decidió ser dueña y señora de su propio destino, se estaba rebelando en contra de Dios; ella decidió confiar en la palabra del enemigo. Creyó que realmente Dios no deseaba su crecimiento; que la limitada a la esfera humana, privada de niveles superiores de desarrollo. Y, entonces, se colocó contra el orden de las cosas establecido por Dios.

El pecado de Adán podría ser considerado peor, si existiera un pecado peor que el otro. Adán pecó conscientemente. Eva fue engañada, y creyó en las mentiras del enemigo. Pero Adán decidió, a propósito, morir con Eva, y con esta actitud también se rebeló contra el Creador.

Entonces, apareció el resultado inmediato de la rebelión: el ser humano empezó a deteriorarse, a descomponerse, a entrar en putrefacción espiritual. La palabra traducida como “morir”, Shachat, en hebreo, da la idea de un cadáver que entra en lenta, pero irreversible, descomposición. Eso empezó a suceder con Adán y con Eva: comenzaron a deteriorarse, tanto física como espiritualmente.

El primer sentimiento extraño que surgió en el corazón de ellos fue el del miedo. Se escondieron de Dios; ellos abandonaron a Dios, y Dios los dejó. Ellos se rebelaron: echaron a un lado los consejos de Dios; decidieron escoger su propio camino. Y, para vivir la vida de ese modo, nada mejor que irse lejos de Dios.

Pero, las consecuencias fueron más allá de la simple separación de Dios: empezaron a separarse entre sí. Comenzaron a discutir, a acusarse, a sentirse solos, tristes, avergonzados. Todo eso formaba parte del deterioro espiritual, al que voluntariamente se habían condenado.

¿Hay solución para este drama? ¡Hay, sí! Jesús es la vida: la desobediencia trajo la muerte, pero Jesús trajo la vida. Ahora, solo resta correr a los brazos de Jesús, y encontrar nuevamente la vida. Pero, recuerda: “pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis”.

Alejandro B

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2022-05-13 08:08:55 EL REINO DE DIOS

Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. Lucas 17:20,21.

De acuerdo con la declaración de Jesús, el Reino de los cielos ya está entre nosotros. ¿A qué se refería? A su propia persona. Quien tiene a Jesús en su corazón, ya tiene el Reino de los cielos.

Es verdad que solo iremos al cielo cuando Jesús vuelva; pero también existe otra verdad que no puede ser ignorada: para los cristianos, el Reino de los cielos empieza en esta tierra; Jesús lo dijo. Y, tal vez, Pablo nos ayude a entenderlo mejor, al asegurar que aquellos que nacieron en Cristo han pasado de muerte a vida. En el momento que aceptas a Jesús, ya empiezas a disfrutar de los beneficios de la vida eterna, que recibirás en su plenitud cuando Jesús vuelva.

¿Por qué en su plenitud? Porque, mientras vivas en esta tierra, todavía vas a envejecer, vas a perder a tus seres queridos, te vas a enfermar o vas a ser tocado por la muerte.

Pero, por otro lado, al conocer la verdad y los consejos bíblicos, empiezas a vivir con mejor calidad de vida: dejas de fumar, de beber, de comer desordenadamente… Sigues los consejos de Dios, con el fin de ser un buen esposo, o esposa, o patrón o empleado. Y todo eso te conduce a una vida más saludable, realizada y feliz.

La pregunta que debes responderte es: ¿Estás viviendo una mejor vida desde que conociste a Jesús? ¿O solo cambiaron tus conceptos religiosos, pero no cambió tu vida?

¿Eres feliz y disfrutas de una vida abundante, o vives ansioso por cumplir lo que has aprendido y angustiado porque no lo logras?

Si tu experiencia es esta última, debes rever tu concepto de la vida cristiana. Porque, con toda seguridad, en el cielo no habrá ansiedad ni angustia, y en esta tierra ya debes vivir un preámbulo del cielo.

Hoy tienes delante de ti un nuevo día. Pero, también, una nueva oportunidad de vivir la vida cristiana victoriosa y feliz. Haz de Jesús no solo tu Salvador, sino también tu amigo y compañero, a lo largo de la jornada de este día. Y recuerda: “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”.

Alejandro B

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2022-05-12 08:01:25 EL PODER DE LA CRUZ

Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Lucas 23:42.

Conocí a Andrés en una de las ciudades más violentas del mundo. Tenía fama de malo. Había pasado varios años en la prisión, pagando por sus crímenes. Fue en la cárcel que se encontró con el Señor Jesucristo.

Una noche helada, de invierno, Andrés agonizaba; temblaba de frío, casi congelado, esperando la muerte. Fue en esas condiciones que me oyó, a través de la radio de un compañero de celda. Aquella noche, el Espíritu de Dios tocó su corazón. Había oído muchas veces hablar de Jesús, pero creía que la religión era cosa de personas débiles; él siempre se había considerado un valiente.

Armado hasta los dientes, había provocado dolor a mucha gente. Era malo y cruel. Había escogido el camino del crimen cuando era apenas un adolescente; y culpaba a la sociedad por no haberle brindado otro camino que escoger. Aquella noche, moría poco a poco; y la muerte lo asustó. En la casi penumbra de su agonía, entendió que Dios lo amaba y que quería darle un nuevo corazón. Suplicó. Clamó a Jesús por una segunda oportunidad. Y se adormeció.

A la mañana siguiente, vio entrar el sol por la ventana. Se encontraba en la enfermería de la prisión. Los rayos del sol eran insistentes, a pesar de la fuerte neblina. “Yo estaba vivo”, me dijo, sin poder esconder la emoción. “Yo no había muerto. Dios me estaba dando una segunda oportunidad”.

En el momento mismo de su muerte, hace más de dos mil años, un ladrón también fue tocado por la escena de la agonía de Cristo. El ladrón sabía que debía morir: él había pecado, había vivido una vida de desobediencia, había rechazado el amor y los consejos de Dios. Pero, el sufrimiento de Jesús tocó su corazón y, en el último minuto de su vida, aceptó la muerte de Cristo en su favor.

Desde aquel día y a lo largo de la historia, millones de seres humanos han sido transformados por Jesús. Pero, todos ellos, de una manera u otra, han tenido que aceptar, de nada vale el sacrificio de Cristo, sin la aceptación personal.

La Cruz es un monumento a la misericordia y a la gracia de Jesús: por su misericordia, Dios no nos da la muerte que merecemos; y, por su gracia, nos da la vida que no merecemos.

No salgas hoy de tu casa sin recordar que un ladrón “dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”.

Alejandro B

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2022-05-11 08:08:31 POR SU SANGRE

Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño, […] para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Hechos 20:28.

La sangre solucionó el pecado, para Adán y para Eva. Allí estaba la primera pareja, escondida detrás de un árbol, desnuda. Había intentado cubrir su desnudez con hojas de higuera. ¿Qué había logrado? ¡Nada! Continuaban desnudos y ridículos. Esto nos prueba que las intenciones humanas para resolver el problema del pecado, por mejores que parezcan, no son más que pobres hojas de higuera: nada solucionan; solo disfrazan. Y disfrazan mal.

Pero, Dios apareció y proveyó un corderito. Ese cordero, que era símbolo del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, fue sacrificado. Su sangre humedeció el suelo del Edén; aquella sangre inmaculada mojaría, más tarde, el suelo de la historia.

Desde la primera hasta la última página de la Biblia, esa sangre aparecería, como un hilo conductor rojo, mostrando al ser humano que la única solución para el problema del pecado es la sangre de Jesús.

En todo esto, ¿cuál fue la participación humana? ¿Qué es lo que el hombre hizo? ¡Nada! El cordero pertenecía a Dios. La iniciativa de buscar al desesperado hombre partió de Dios; la idea del sacrificio fue de Dios; las ropas de pieles de ovejas, que cubrieron la desnudez de la pareja, fueron confeccionadas por Dios. El ser humano recibió todo, sin hacer nada. Solo por gracia.

Este mensaje se repite una y otra vez, a lo largo del Antiguo Testamento. En el incidente del sacrificio de Isaac, ambos, padre e hijo, entendieron que Dios es el único que puede proveer el cordero. Cuando Isaac preguntó a Abraham dónde estaba el cordero, la respuesta del patriarca fue: “Dios proveerá”.

Efectivamente, Dios proveyó. En el momento en que el cuchillo había sido levantado, Dios ordenó: “No hagas mal al muchacho”.

Tú y yo solo vivimos haciendo mal. Después, intentamos resolver el problema “cubriendo nuestra desnudez con hojas de higuera” y escondiéndonos de Dios. Pero, ¡qué grande es la gracia de Jesús, que te busca incansablemente, hasta encontrarte!

¿Por qué vivir, entonces, angustiado y desesperado, por el peso de la culpa? Hay perdón para ti. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño … para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”

Alejandro B

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2022-05-10 08:07:57 ¡BÚSCALO!

Pero cuando en su tribulación se convirtieron a Dios Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos. 42 Crónicas 15:4.

La cerca de la posada en la que me hospedo me rcuenta muchas historias, en su monotonía vertical. Me habla, en silencio, de mariposas que desaparecieron en el abismo, del otro lado de sus límites; me cuenta de la tragedia de ladronzuelos, que se quedaron con las carnes clavadas en las púas del alambre protector.

También, me muestra rosas silvestres, que trepan sus espinas aquí y allá. En fin, aquella cerca vieja me habla de libertad y de esclavitud; de vida y de muerte.

El pueblo de Israel parecía que ignoraba los “límites de la cerca”; si no los ignoraba, peor aún. La consecuencia fue terrible: ellos también, como las mariposas del hotel, desaparecieron en el abismo del anonimato; se hicieron polvo, en la arena de la historia. Historia de dolor, dispersión y sufrimiento.

Ellos también sintieron sus carnes heridas por las púas de la desobediencia, y se quedaron allí, gritando de dolor y suplicando por auxilio.

Y el Salvador apareció. “Cuando en su tribulación se convirtieron a Dios Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos”, dice el versículo de hoy.

¡Qué bueno es el Señor! Siempre está presente en la hora del dolor. Jamás se olvida del hijo rebelde. Israel pensaba que la cerca protectora de los eternos principios de Dios era muro esclavizador; la descartaron de su vida; fueron más allá de sus límites, en busca de libertad y de realización.

La vida tiene muchas cercas; vives rodeado de ellas. Respetarlas es vivir: el resplandor, del otro lado, es mero espejismo, brillo seductor, aurora boreal engañosa. Conozco historias tristes, de gente que saltó la cerca, en busca de nuevas sensaciones. Como Israel, hoy claman de dolor, atrapados en las garras de su búsqueda insensata.

Hoy, puede ser un día especial para rever la cerca. No la mires como las reglas de un Dios arbitrario; contémplalas como el marco protector de tu vida. Y parte, para la lucha de esta nueva jornada, recordando que: “Cuando en su tribulación se convirtieron a Dios Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos”.

Alejandro B

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2022-05-09 12:59:27 TOMA TU CRUZ

Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Marcos 8:34.

Qué significa tomar la cruz? ¿A qué cruz se refiere el Maestro? En el caso del joven rico, por ejemplo, mucha gente piensa que la cruz es la pobreza: el joven “tendría” que renunciar al dinero y hacerse pobre, para seguir a Jesús. Es una buena deducción, pero no es correcta. Tener dinero nunca fue problema para seguir a Jesús.

Hoy, Jesús no pide a nadie que renuncie a su dinero, o a su profesión o a su familia, para seguirlo. La expresión “Tome su cruz” está explicada por la frase anterior, y que dice: “Niéguese a sí mismo”. Negarse a sí mismo no es fácil; tomar la cruz, de alguna forma, puede serlo. Negarse a sí mismo es despojarse del deseo de hacer las cosas como a uno le parece; es volverse un hombre de Dios; aprender a depender de él, a ser humilde, manso, a guiar a las personas por el poder del amor, y no por el poder de la fuerza.

Para que eso sea una realidad, es necesario levantarse temprano y deponer el alma a los pies de Cristo. No se trata solo de un discurso bonito: no es asunto solo de palabras, sino de vida.

Tú puedes decir muchas cosas bonitas, pero si la dependencia de Dios, en tu vida, es solo teórica, se notará en el momento en que la crisis aparezca. Porque, entonces, “en el nombre de Dios” querrás hacer las cosas como tú quieres. Y, de tanto usar la expresión “en el nombre de Dios”, pasarás a creer que realmente estás haciéndolo en el nombre de Dios, cuando lo estás haciendo, en realidad, en tu propio nombre.

El versículo de hoy empieza relatando que Jesús llamó a las personas y a sus discípulos. Quiere decir que este consejo se aplica a todos los seres humanos; sirve para todas las circunstancias, a pesar de las culturas, los países, las razas o el tipo de actividad que se realice.

Haz de este día un día de servicio, en tu vida. Pregúntate en qué puedes mejorar; en qué necesitas crecer; qué tienes que pulir y dónde necesitas que Dios trabaje en ti. Recuerda que la vida cristiana involucra crecimiento, y que el crecimiento es un proceso que demanda tiempo. Ten paciencia contigo, pero no te quedes parado en el mismo lugar: lo que lograste hasta hoy está bien para hoy, pero ya no estará bien para mañana; mañana será otro día, y debes haber crecido.

No salgas, para tus actividades hoy, sin recordar: “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.

Alejandro B

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2022-05-03 08:04:19 GLORIA VENIDERA

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Romanos 8:18.

¡No es fácil seguir a Jesús! No es fácil, para la naturaleza humana, renunciar a los apetitos del propio corazón. Hasta cuando creemos que estamos siendo sinceros, podemos estar siendo mal intencionados, y no lo percibimos.

¿Te acuerdas de los dos discípulos que sugirieron a su madre que le pidiese a Jesús un lugar importante, para ellos, en el futuro reino? ¿Crees que eran mal intencionados? Yo creo que no. Ellos, simplemente, no habían entendido lo que era el Reino de Dios. Por eso, Jesús tuvo que explicárselo, en detalle, muchas veces.

Les dijo que el Hijo del Hombre no tenía dónde reclinar la cabeza, mientras que las zorras tenían cuevas y los pajarillos nidos; les dijo que era necesario dejar al padre y a la madre para seguirlo. Incluso, dijo a una persona que ni siquiera se tomase el trabajo de ir a enterrar a su padre, si quería seguirlo. Todo esto, para que ellos no se confundiesen, y lo siguiesen por motivos equivocados.

La vida de un seguidor de Jesús tiene que estar llena de sufrimientos. El discípulo necesita entender que, a pesar de vivir una experiencia de comunión diaria con Jesús, puede haber dificultades a lo largo del camino.

Sin embargo, Jesús no solo les mostró el aspecto difícil del discipulado. No les habló únicamente de renuncia y de entrega, sino también les afirmó que, a pesar de eso, habría, también, maravillosas promesas para ellos.

Es verdad que, mientras vivamos en este mundo, habrá aflicciones para el pueblo de Dios. ¿Por qué no las habría, si vivimos en un mundo de dolor y en medio de seres humanos que, muchas veces, desprecian todo lo que tiene que ver con Jesús?

Pero, el tiempo presente es solo como un segundo comparado con la eternidad, en la que disfrutaremos de las bendiciones del Señor Jesús, que no tendrán fin. Eso es lo que afirma San Pablo, en el versículo de hoy. Él no niega la realidad dolorosa del presente: él afirma que, en esta vida, vamos a encontrar aflicciones. Tal vez, en este mismo instante tú estás viviendo unos de esos momentos terribles. Pero el apóstol afirma que todo ese sufrimiento es nada, comparado con la gloria de la presencia de Jesucristo en la eternidad.

Con estos pensamientos en mente, sal, recordando que “pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

Alejandro B

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2022-05-02 08:01:54 ¡CALLES!

Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Romanos 3:24.

– Perdí mi carrera, mi familia, mi libertad… Perdí mi vida! ¡No me queda nada!

La voz ronca, quebrada y triste de Juana no escondía el volcán de sentimientos que atormentaban su corazón. Escondía sus ojos detrás de unos lentes oscuros, baratos; de esos que compras en la calle por tres dólares.

La calle; tal vez, la calle fue su desgracia. Había sido en la calle que encontró gente que la llevó a la drogadicción y, finalmente, a la cárcel. En la calle sufrió, pasó hambre y durmió. ¡La calle! ¡Ah, calles abarrotadas de gente! Calles asfaltadas. Más peligrosas que los caminos angostos de la jungla. Calles sin alma, sin compasión; calles de muerte.

Todo eso era pasado: en la cárcel, privada de su libertad, fue, irónicamente, donde halló la verdadera libertad.

Madrugada fría de junio; piso helado de cemento; comida de puercos en el suelo, disputada por ratas y cucarachas… ¿Por qué es necesario llegar al extremo de la vida, para reconocer que Jesús es la única salida? En el frío lacerante de aquella celda solitaria, pagaba el castigo por causa de una indisciplina. Allí, Juana se acordó de un versículo de la Biblia, que oía todas las mañanas a través de la radio de otra presidiaría: “Somos justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo”.

En el dolor, el corazón se vuelve sensible; en la derrota, se aprende; en la soledad, se piensa. Juana sintió, pensó y aprendió. Aceptó a Jesús como su Salvador, y ese fue el inicio de una nueva vida.

La redención no es solo salvación: la redención significa libertad, porque alguien pagó el precio. El precio no fue oro ni plata, sino la preciosa sangre de Jesucristo. Él sufrió, fue encarcelado y murió para que tú pudieses vivir. Nada, ni nadie, tiene el derecho de quitarte esa libertad.

Un día, Jesús tuvo que subir la angosta calle que lo llevó a la muerte, a fin de que tú salieses de las calles traicioneras de este mundo, y encontrases el Camino: aquel que, con seguridad, te llevará a la vida eterna.

Por eso, hoy, antes de salir a la calle en busca de tus sueños, recuerda que “somos justificados por su gracia, por la redención que hay en Cristo Jesús”.

Alejandro B

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