2023-03-28 23:00:21
¡Es un tiempo de gran prueba! La Iglesia, perseguida desde dentro y desde fuera por el Dragón, tendrá que ir un tiempo al desierto, como dice el Apocalipsis: “Se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande para que volara al desierto, a su lugar, donde es alimentada durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo, lejos de la serpiente” (Ap 12,14). El desierto no tiene que entenderse como un lugar físico –aunque tampoco se lo pueda descartar–, sino más bien como una realidad espiritual.
Si llega la gran apostasía de la que habla San Pablo (2Tes 2,3), e incluso una gran parte de la jerarquía eclesiástica se ve involucrada en ella, entonces los fieles quedan desamparados a nivel exterior. Los maravillosos templos e iglesias podrían entonces caer en manos de aquella iglesia que se ha alejado del Señor, tal como lo estamos viviendo actualmente en Alemania. Entonces los fieles tendrán que encontrar sitios donde puedan vivir a plenitud su fe. Los que se aferran a la fe tradicional sin hacer concesiones al espíritu del mundo, ya ahora están siendo marginados. Estos tales tendrán que acudir a la “ecclesia in deserto” (Iglesia en el desierto), para encontrar allí el alimento que fortalece su alma: la santa Palabra de Dios, custodiada sin adulteraciones, y los santos sacramentos dignamente celebrados. En lo que respecta a la santa comunión, no puede ser administrada a todos, independientemente de su fe y estado de gracia.
Tales tiempos, aunque no necesariamente tengamos que anhelarlos, constituyen un reto especial para nuestro camino de seguimiento de Cristo. Son tiempos propicios para consolidar nuestra fe y profesarla. Los tiempos de persecución suelen ser tiempos en que el evangelio se difunde. Son tiempos de los que el Señor se vale para que nos despojemos de toda tibieza y nos convirtamos en verdaderos testigos de su Retorno.
Así, estos tiempos, con sus tribulaciones externas e internas, nos ayudan a avanzar en nuestro camino espiritual. Cuando de repente todas nuestras seguridades empiezan a tambalear, cuando ya no podemos cimentarnos en lo que siempre había sido nuestro apoyo, entonces el Señor nos lleva a que sólo Él sea nuestro refugio y puerto seguro. Aquí se dinamizan e intensifican los procesos de purificación de los que hemos hablado en nuestro itinerario cuaresmal, ya sean a nivel de los sentidos o del espíritu, ya sean activos o pasivos. Nuestra oración se vuelve más sencilla, invocamos el Nombre del Señor y nos aferramos a Él cuando todo a nuestro alrededor parece tambalearse. Así, el proceso de transformación interior avanza…
La Iglesia en el desierto, aunque sea materialmente pobre, será rica, pues custodiará los tesoros de la Iglesia. A ella pueden aplicarse las palabras que el Señor dirige al ángel de la iglesia de Esmirna: “Conozco tu tribulación, tu pobreza -aunque eres rico- y la calumnia de parte de los que se dicen judíos y que no son más que una sinagoga de Satanás” (Ap 2,9).
____________________________________
Meditación sobre la lectura del día: http://es.elijamission.net/2022/04/06/
Meditación sobre el evangelio del día: http://es.elijamission.net/2021/03/24/
584 views20:00